40% VOTA: INE SIGUE… SE SALVA EL PAÍS… AMLO Y MORENA SE VAN…

40% VOTA: INE SIGUE… SE SALVA EL PAÍS… AMLO Y MORENA SE VAN…

G. C. Samayoa Madrigal

Si el 40% del padrón electoral vigente asiste a las urnas el domingo 10 de abril, es decir, si más de 37 millones de mexicanos participan en el proceso de revocación de mandato, puede anticiparse que el Instituto Nacional Electoral (INE) se mantendrá ciudadano y fuerte, al tiempo de que marcará el principio fundamental para salvar al país de la estrepitosa caída a que le ha condenado el perverso proyecto denominado cuarta transformación.
Y desde luego se garantiza la salida de Andrés Manuel López Obrador de la Presidencia de la República, con mucha posibilidad que sea en el cortísimo plazo por la vía de la revocación, pero si no se alcanzarán las cifras necesarias, ya no tendrá otra oportunidad de permanencia en la presidencia, pues el primero de octubre de 2024 deberá entregar el mando a su relevo producto del ejercicio electoral de julio de ese mismo año, sin que fortuitamente surja de Morena, movimiento que más pronto de lo esperado se ha venido desmoronando por falta de identidad, lealtad, honestidad y arraigo de sus afiliados, militantes y simpatizantes.
Las versiones tendientes a desalentar la participación ciudadana y fomentar la abstención, no obstante ser violatorias a los preceptos constitucionales, tienen una gran diversidad de “advertencias” para asustar a la gente. Una de ellas es en el sentido de que si vota el 40% del padrón y la respuesta mayoritaria favorece el revocarle el mandato a López, éste montará en cólera y que cobrará venganza desapareciendo al INE.
Nada más alejado de la realidad, porque si el proceso adquiere el carácter de vinculante y el voto mayoritario opta por la revocación, Andrés Manuel ya no tendrá oportunidad de hacer nada, sólo recoger sus cositas del despacho presidencial y retirarse de Palacio Nacional. De inmediato será sustituido por el legislador que en el momento ocupe la presidencia del Congreso de la Unión (artículo 84 constitucional), que en este caso sería el diputado Sergio Carlos Gutiérrez Luna, que estará como provisional sólo 30 días, lapso en que el propio Congreso en calidad de Colegio Electoral designará el presidente sustituto que concluirá esa responsabilidad el último día del mes de septiembre de 2024.
Pero si vota el 40% del padrón y la mayoría opta por el que siga en la presidencia, López perderá aún más fuerza, no logrará deshacerse del INE, pues para ello se necesita una reforma constitucional que no podrá consumar por carecer de la mayoría que necesita en el legislativo.
Sólo hay que revisar lo que ha venido sucediendo y lo que se ha estado argumentando para desalentar la participación. López y compinches se han dedicado a promocionar la “ratificación”; promover las firmas ciudadanas para conseguir la convocatoria al proceso; han estado violado todas las leyes electorales; han acusado al INE de antidemocrático y enemigo público de la perturbada 4t, y una gran cantidad de actividades desconcertantes cuyo objetivo precisamente es sembrar dudas para que sólo asistan al proceso los votos seguros al “que siga en la presidencia”.
Si no llegan los más de 37 millones de sufragantes, el proceso no será vinculante, perderá obligatoriedad y lo de menos será cuántos votaron por cada opción… Andrés seguirá en la presidencia, pero acompañado de un equipo de gobierno, de movimiento y de aliados con características de delincuentes electorales. Se habrá consumado una infame trampa política.
No asistir a las casillas el domingo 10 de ninguna manera es un desprecio al falso mesías que en sólo tres años ha llevado a México al despeñadero. Es un ser tan conchudo, que todo se le resbala y lo achaca a sus adversarios, a los neoliberales, a los “golpistas”…
Lo que sí le dolerá y parará en seco sus planes perversos, será la participación de más de 37 millones de mexicanos y que los votos sean a favor de la revocación, eso sí será mostrar el desprecio del pueblo a un individuo que se ha negado a gobernar, o por ignorante e inepto, o por rencoroso y vengativo…
Esa es la lección que se merece quien al parecer está fraguando la permanencia del obradorismo en el poder, pero no a través de sus lacayos como Sheinbaum, Marcelo o Augusto Adán, sino —según fuertes especulaciones— mediante su hijo tocayo: Andrés Manuel López Beltrán, al que le conceden la calidad de operador político de su padre “el falso mesías” y de “su movimiento”. El propio “Andy” —como le conocen familiarmente— ha revelado su intención o ambición de gobernar México.
La pista surge de la declaración que hizo López Obrador, después de haber sido sometido a un cateterismo en el Hospital Militar, anunciando que ya tenía su testamento y decidido a quién le entregaría el liderazgo de la cuarta transformación.
La sospecha cobra fuerza cuando el Senador Héctor Vasconcelos, al salir en defensa de José Ramón López Beltrán involucrado en el escándalo de la casa gris de Houston, dijo en la Cámara Alta a sus colegas: “Conozco a los hijos del Presidente de la República desde hace muchos años. Los he visto crecer. Fui testigo de cómo durante su adolescencia y juventud dedicaron quizá lo mejor de su tiempo a luchar por que México tuviera la posibilidad de una transformación de fondo. Lo que puedo decir es que cualquier padre o madre mexicanas estarían orgullosos de tener hijos de tal integridad y de tal vocación social, lo repito, vocación social genuina”.
Si tal fuera el objetivo de López Obrador, necesitaría un árbitro y un tribunal electoral bajo su dominio para hacer las trampas y violar las leyes que sean necesarias, de ahí su insistencia de desprestigiar y descalificar a los consejeros ciudadanos del INE y a los magistrados del Tribunal Electoral, los que hasta ahora se han mantenido dentro del marco de la ley y la democracia. Por eso la amenaza de que a partir del lunes 11 de abril enviará la iniciativa de una “reforma electoral”.
López Obrador está ofuscado. Está fuera de control. Está lanzando golpes indiscriminadamente contra “sus adversarios”, los supuestos “golpistas” y lesionado hasta a su propia gente. Está en duda su salud mental y más de uno han sugerido se le practiquen estudios especializados, teniendo en cuenta que la salud del presidente es tema de seguridad nacional.
Por eso es importante que más de 37 millones de mexicanos acudan a las urnas este domingo 10 de abril. Será un encuentro con la historia.

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