IRMA
Por Velia María Hontoria Álvarez
Un sistema deficiente de salud, evita que las personas puedan vivir con la calidad de vida merecida; es además un desperdicio de capital humano por las vidas que se pierden o quedan deterioradas. Por lo que es nuestro derecho, reclamar al gobierno encargado de administrarlo, que deje de apostarle a la muerte.
Las personas que acuden a los institutos de salud, son víctimas fáciles de empleados groseros y déspotas. Empleados pasivos, ante el hartazgo de un lugar en donde las carencias son sustanciales; por lo que favorece al brote del descaro y éste es el vestido de uso diario, lugares que lejos de mostrar compasión y el servicio a la comunidad son nidos de odio y desgano. Les relataré esta historia, sobre la mamá de mi querida amiga; quien a pesar de sus terribles dolencias #NosueltaalISSTE por mal que le vaya, dice ella que tiene miedo le quiten o mermen su pensión, algo que estaría fuera de todo derecho #másvayaustéasaber.
Llego temprano, con esa habitual puntualidad del #quinceminutosantes para encontrar que la cita realizada no servía para la chaparrita que estaba #demalasydesayunando – ella me contó, discretamente, que quizá se debía a esos #rayosplatinohorror sobre la mitad de la melena que la tenían en muina- tanto era el coraje, que tecleaba #deadedito, a ratos “wasapeaba” y después ladraba; quizá, por eso mandó a la maestra de Tarimoro de regreso a su casa, llegó cinco minutos después. De nada valieron las súplicas, recordar la reciente operación y el dolor. La sentenció: cinco minutos son cinco, así que # baiiatúcasachulita. Irma comenzó a sudar, tenía ya más de cuarenta y cinco minutos de pie, el retraso a su “cita” ya pasaba de la hora y media. Estaba en esa reflexión, cuando se le adelanto una hermosa gordita, que a luces mostraba la llegada de un bebé. -Señorita, ¿cómo que las citas para gine son dentro de cuatro meses? entonces ¿qué pasa con mi cesárea? Tengo fecha, la nena no espera. Un mohín de desprecio respondió: #puesarréglatelasenotrolugar, aquí así es. Y, sin mirar la agenda una vez más en #modoDios a uno le decía, tres meses, a otro dos, al otro ahorita y así se iba. Una punzada con agua, llego a los ojos de Irma cuando escucho a Ele decir: Señorita mi viejito tiene más de un mes sin medicina, ya no tengo dinero para cómprasela …¿me vio cara de Electra o de banco? ¡Ay señora como usted, la mayoría¡ Por favor, hágase a un lado y no me quite el sol. No me llega el pago de los viáticos. Tssss qué quiere que haga. Los hombros caídos, la vista abajo ¿maestros? ¿trabajadores gubernamentales? ¿De qué habia valido el trabajo, la dedicación? ¿cuántos años educando, criando hijos ajenos? Y, ¿a esta quién la había educado?
Los que vienen con la Gloria a la derecha, un grito airado, cimbro el aire que de tan denso se podía a rebanadas cortar. Una mujer de bata blanca, con gesto adusto otra vez grito ¿ondé estan? Yo ya me quiero ir. Irma, aclaro la garganta: aquí es y señaló la fila, es que… la enfermera está platicando ahí detrás… No alcanza a escucharla doctora. Algo hizo, que, en el alma de esa Gloria, todo se ablandara y dijo: tú, a ver ¿vienes conmigo? ¿es trauma? Sí, pues rapidito, que el tiempo es oro.
Irma necesitará operación, la rodilla con los años ya dio rotación de cien a trescientos; más si quiere deberá de llevar: prótesis, anestesia, medicamentos, gasas con buen humor más un #granSanBenito para que ese día haya luz para las sierras y no usar machete; lo demás será gratis, los gritos, los malos modos, serán para adormecer el rato y valorar, que nada como casa, las jetas familiares son deliciosas, al lado de las del ISSTE por eso, esta historia, continuará…