//PROSPECTIVA:// La vida es una tómbola… y se rifan hasta las diputaciones…
José Gerardo Mosqueda Martínez
Desearía que quedara solo en una anécdota, pero parece que tendremos que convivir, también con estos desplantes de parte de los políticos de hoy, leí hace unos días que el gobernador de Michoacán comentó en un festejo del DIF de su estado que esperaba que ahora si se animaran a rifar una diputación plurinominal… cualquiera podría tomarlo como broma, pero no lo es.
En los dos procesos electorales anteriores los del partido MORENA algo que hicieron fue rifar muchos cargos de elección popular tanto diputaciones como regidurías; también terminó por ser el mecanismo de decisión para los cuatro consejeros ciudadanos para el INE y todo pasó como sucedió con la rifa del avión: “lo rifaron, pero no lo rifaron”.
Es que hasta en esos temas las tribus que acompañan al presidente en esta aventura de destrucción del país piensan que se puede disponer de los bienes patrimoniales de la nación para complacer los intereses de los grupos que se consideran dueños absolutos del país.
Es verdad que tenemos la administración pública en manos de gobernantes corruptos y dispuestos a seguir exprimiendo los recursos provenientes de los impuestos que pagan los mexicanos. El gobierno mexicano hace maniobras para sacar más dinero y ahora desmantela los fideicomisos y fondos dedicados a la protección del medio ambiente pero especialmente a los organismos que contribuyen a la transparencia de las acciones gubernamentales; es una vergüenza que el INAI no pueda funcionar porque el presidente vetó los nombramientos propuestos por el senado y luego, como lo reveló en su audio el secretario de gobernación, “reflexionar en el sentido de creer que están mejor así (sin INAI) para que no haya autoridad que indique la publicación de las acciones gubernamentales donde se está gastando el dinero de los mexicanos.
También es verdad que los recursos son escasos y no alcanzan para el despilfarro planeado. En especial en los tiempos de la administración actual al gobierno le quedan 527 días (para la fecha que se escribe esta columna) es decir, un año y meses.) una administración que sigue culpando a los que le antecedieron, lo seguirá haciendo por el resto de su vida.
Una administración que sigue en la agenda de la destrucción de las estructuras gubernamentales, especialmente lo que hace lento el proceso de polarización que es una etapa previa al escenario deseado por los métodos “progresistas” ( los que se identifican con el regreso de la lucha de clases, convertida en una lucha de géneros y llevando al extremo los reclamos sociales, mientras no sean contra las ideas que se asocian a la agenda progresista ( que solo es un modo de llamarle a la nueva versión de la lucha de clases ( o la lucha de frases, como diría Eulalio Ferrer ).
Mientras que la lucha por el poder político va subiendo de intensidad, la influencia del presidente en la agenda interna de su partido es cada día menor y su decisión de dedicarse el resto del tiempo como presidente a provocar un escenario que le favorezca a las estrategias de control político para asegurar la sucesión y por tanto la continuidad de sus planes de destrucción de las instituciones públicas del país sigue moviéndose.
A la política que se comunica desde los salones de tesorería en Palacio Nacional hay que agregar la decreciente credibilidad y por lo tanto la reacción de los grupos de presión de izquierda que sienten que es muy poco tiempo para la agenda progresista y cada día se desdibuja la posibilidad de continuidad en sus planes.
Como todos sabemos por las revelaciones del hackeo de los sistemas de información del ejército, la lucha interna entre los mandos militares y marinos trasciende cada día más y podemos comprobar que también para los “progresistas” fue una mala idea darles tanto poder a los militares sin evaluar la lealtad a las instituciones de la nación; hoy existe una confrontación entre los mandos superiores e intermedios de las fuerzas armadas que como en los peores tiempos de la revolución toman partidos y hacen nuevos grupos de poder, desde luego, sin importar la ruta que siga la nación a través de sus instituciones.. mientras la velocidad con que se deteriora la estructura educativa, de salud, las políticas públicas para la generación de los empleos, es decir, lo que hace viable el crecimiento de nuestra nación, ya ha pasado a segundo plano y no es, no lo ha sido, la prioridad de este gobierno.
así es de que, si usted cree en esa idea loca de tener un sistema de salud mejor que el de Dinamarca; lamento decirle que en los 500 días que le quedan a la presente administración sólo veremos más destrucción, más polarización, mayor deterioro de las instituciones del estado y menos credibilidad en las decisiones que comunica el gobierno.
Tengo la convicción de que antes de que nos atropellen las decisiones gubernamentales y la destrucción que provocan está la sociedad y su capacidad de tejer nuevos modelos de convivencia y de progreso, desde luego que como posición alternativa a la destrucción que propician los actuales gobiernos.
Los mismos días que le quedan de administración a los actuales gobernantes, les quedan a los ciudadanos para organizarse y formarse en la lucha ciudadana por hacer valer la capacidad de cambiar la ruta de desastre por una de reconstrucción nacional a partir de las sociedades intermedias que hacen de la comunicación gubernamental con la sociedad un diálogo con reglas y respeto a los valores ciudadanos.
Para cambiar a la agenda del desarrollo hay que pasar por reconocer que la pasividad ciudadana es la mejor aliada de quienes han activado el saqueo y la polarización entre los mexicanos, hoy es tiempo de reconocer la importancia de la iniciativa privada, de “la economía solidaria, de las alianzas estratégicas de las instituciones del estado y las de la sociedad civil. Alianzas es la palabra.
Hasta la próxima en PROSPECTIVA.
José Gerardo Mosqueda Martínez,
Presidente del Instituto de Administración Pública de Guanajuato
gmg@gerardomosqueda.com.mx