Voces silenciadas, hombres a la sombra

Voces silenciadas, hombres a la sombra

Por Velia María Hontoria Álvarez

Quiles fue despedido, se le acuso de haber maltratado a una mujer e intentar violarla, en su historial quedo que era un acosador. Después de cinco años en situación de calle, sigue sin encontrar trabajo; más una investigación demostró que: dos de sus compañeras no deseaban realizar sus labores y decidieron inventar esa situación. Estos casos hipotéticos de los que me sirvo para clarificar definen que ninguno habría merecido esta fatídica decisión. Lea usted: Baco decidió quitarse la vida al sentirse acorralado al no poder entregar la sobre cuota exigida por Adina para ver a sus hijos; ella interpuso varias demandas y lo llevó con sus exigencias a un límite que él no pudo superar, quizá nos podemos preguntar ¿la pensión que recibirá la viuda amortiguará su sed de dinero? ¿qué explicación le dará a sus hijos? ¿rectificará con ese odio que anidó? no lo sé no quiero juzgarlo. Oriol, tras largas depresiones y angustiosos periodos de ansiedad, provocados por el acoso sistemático al que era sometido por su jefa, sin animarse a denunciar -deshonrado- optó por el suicidio. Cámaras de seguridad demostraron el hostigamiento. La vigilancia -coordinada también, por una mujer- al ser cuestionada contestó que no le dio importancia; creyó que era divertido.
Encontré que en la revista “Partner abuse” concluye un estudio de 75 casos confidenciales y dice: los hombres son abusados y chantajeados de sutiles maneras, donde hasta el momento no existen leyes importantes que les protejan. México, apenas avanza en el tema y algunos casos comienzan a tratarse por medio de Institutos como Insmujeres; GENDES (https//gendes.org.mx; info@gendes.org.mx tel 5584060101) CEAV (https://www.gob.mx/ceav) atencion@ceav.gob.mx tel 8000842 8462) Centro MHORESVI AC (https://www.facebook.com/MhoresviAC/ tel 5552642011)
Reconozco que a lo largo de los años el lugar de la mujer se denigró y vapuleó, más en esa lucha justificada quizá se olvidó que sólo dentro de la equidad, los valores y el respeto es como el ser humano -independientemente de su sexo- puede brillar en este precioso mundo. Le escribo a usted caballero, en esta ocasión pues con estas letras busco darles las gracias por todo el bien que hace al fortalecernos, protegernos y equilibrar. A veces me preguntó: ¿Qué siente cuando tiene que lidiar con tantas hormonas? ¿de dónde le sale esa paciencia para no ponernos en una licuadora de alta velocidad y hacernos callar? ¿cómo hacen para detener ese caudal de lágrimas, para evitar nos inundemos y entrar al quite con esos brazos fuertes, abrazadores, que medican paz, serenidad, protegiendo nuestra turbulenta alma? ¿De dónde sale esa amorosa filiación para hacer suyo, lo que no tuvieron en su vientre? ¿Quién los defiende de esa leche que les enseña a maltratar, a someter, para después juzgarlos violentos?
El acoso y chantaje al que son sometidos algunos varones, en el ambiente laboral, familiar, social es una realidad y aunque las denuncias son pocas -por temor y vergüenza al escarnio- se palpa en nuestra sociedad, sobre todo al reconocer que han sido instruidos desde el seno familiar por mujeres y hombres, quienes les prohibieron denunciar o señalar bajo la pena de perder su hombría y el derecho a estar. Gran oportunidad, se abre en las relaciones laborales, familiares y sociales; recordar que desde el tabú y en el silencio es donde más atrocidades se comenten, al reconocerlo pudiéramos ganar la oportunidad de crecer y mejorar conductas que contribuyen a la comunicación y a la sana convivencia. O, usted qué opina…

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