PROSPECTIVA: Frente a la boleta (3)
José Gerardo Mosqueda Martínez
El siguiente domingo después de qué me haga usted favor de leer esta columna será el día de la elección, los mexicanos vamos a hacer valer nuestra decisión de quienes queremos que gobiernen nuestro país, algunos de nuestros estados, los poderes legislativos, varios cientos de municipios en el país tendremos una nueva distribución en el mapa electoral mexicano, precisamente porque tú habrás emitido tu voto, se terminarán las conjeturas, las especulaciones, los análisis y los discursos prospectivos para ver expresado en los resultados electorales cuál ha sido la voluntad mayoritaria de los mexicanos y por tanto la nueva composición doctrinal, ideológica y programática del Estado mexicano.
Es probable que en elecciones anteriores no se haya hecho tanto énfasis en la conformación del Estado Mexicano, puede ser porque los partidos en contienda no se planteaban salir del esquema democrático y antes, al contrario, durante varios años, los últimos presidentes, sin contar a la actual, fueron creando instituciones democráticas que sirvieron de contrapeso a las propias decisiones del gobierno… el presidente en funciones, decidió exactamente lo contrario; eliminar las instituciones democráticas para retomar en la persona del ejecutivo, más poder, el mayor poder posible, tratando de eliminar el riesgo de qué algún ciudadano en alguna de esas instituciones democráticas tuviera el mal pensamiento de contradecir al presidente, de interpretar de manera distinta o de llegar a conclusiones contrarias a las que el propio presidente creía que debían de ser. Más claro, el ejercicio de un autócrata no se puede tener.
Sin embargo, esta elección como he mencionado en colaboraciones anteriores, tiene una particularidad y desde luego muchas interpretaciones, esta elección es el espacio democrático donde los mexicanos podrán decidir con plena conciencia o sin ella, el estado mexicano que quieren, insisto, el voto de los mexicanos puede decidir, inclusive, dejar de ser un estado democrático.
Es el alcance que tienen la decisión democrática, es decir, libre y soberana para elegir a quienes los mexicanos les parezca mejor, aunque esta decisión incluya la posibilidad de una dictadura populista.
Sin duda que no todos los mexicanos votarán con los mismos argumentos o por las mismas razones, en ningún momento se ha pensado que se tenga que uniformar el pensamiento de los mexicanos, pero sí existe una responsabilidad de las propias autoridades, tanto como de los conocedores, expertos, analistas, comunicadores, de decir la verdad porque resulta que se puede tener todas las convicciones, pero no estar informado al llegar al momento de decisión para elegir a los gobernantes y no tener el conocimiento, quizá al menos una idea de quién será elegido.
Tradicionalmente suele votarse con un poco de conocimiento acerca del perfil de los candidatos, de sus propuestas, del contenido de sus mensajes, y de la información que se produce en el entorno de los procesos político electorales, en esta ocasión parece que podríamos incluir alguna motivación en el sentido de manifestar a quien no se quiere tener como gobernante. Así se han producido argumentos en los medios masivos de comunicación que podrían ser novedosos, inclusive con alguna fuerte carga de ironía: Puede ser que no tenga suficientes razones para votar por un candidato, pero sí tener suficientes razones para no votar por el candidato oponente.
Cuando se encuentre usted frente a la urna, le sugiero estimado lector que piense que la elección no es un mero trámite y que por tanto lo que habría que decidir, ya está decidido… Ésa es una mentira.
Nada está decidido de la próxima elección, la candidata del oficialismo encabeza un grupo político que decidió operar con una estrategia en el manejo de los números previos a la elección para difundir con una gran fuerza, mediática una diferencia de intención de voto que pareciera inalcanzable, que representara razones suficientes para no tener que hacer ningún esfuerzo más que dejar correr el tiempo, por si fuera necesario, estimular la participación de una tercera opción que evidentemente, actuará en beneficio del proyecto oficial como lo fue en la elección de hace tres años en la que los liderazgos del movimiento ciudadano le ofrecieron uno a uno sus votos al presidente López, hoy estamos en la misma circunstancia con una gran diferencia. La tercera vía, está diseñada para quitarle alternativas de votación al bloque opositor.
La candidata de oficialismo representa, como ella misma lo define la continuidad en el proceso que ellos llaman de la cuarta transformación.
La candidata del bloqueo opositor ha sido enfática en representar la oportunidad de qué el país se mantenga como un estado democrático, libre.
Desde luego que respetaré y trabajaré al alcance de mis posibilidades en promover la participación ciudadana en las urnas, así como el respeto, sin condiciones, de los votos emitidos en las urnas, porque ellos representan la voluntad de los mexicanos para los siguientes tres y seis años en la vida política del país.
Durante los últimos casi seis años hemos tenido el mayor desastre en la seguridad nacional, cuando más fuerzas del Estado han circulado por el país, desde el tiempo de la revolución mexicana; es el periodo en el que más crímenes dolosos se han padecido por todos lados en el país, es decir, “hay más crímenes dolorosos en la paz de López qué en la declaración de guerra de Calderón, qué ironía… si una candidata se propone ser la continuación de la actual gobierno, no hace falta reflexionar mucho, si se seguirán haciendo las mismas cosas, se seguirán teniendo los mismos resultados y no creo que estemos deseando continuar con lo mismo.
La frase con mayor rentabilidad política en la voz del presidente López ha sido: primero los pobres y con esta expresión pudo mantener el índice de aceptación, es decir, de popularidad, durante los años que lleva de ejercicio de la autoridad, pero el propio presidente ha explicado que su partido ha sacado el mayor provecho posible de esa condición de pobreza de millones de mexicanos, convencido, dice el presidente, que es por razones estratégicas porque con poco que les den son leales al gobierno y se vuelven la reserva electoral, por eso no debe de extrañarnos que existan miles de operadores a sueldo, dependientes de la Secretaría del bienestar, dedicados a tocar las puertas de miles de mexicanos para decirles que el dinero que reciben es de parte del presidente Andrés Manuel.
Siendo una mentira más, no parece importarles y prefieren seguir engañando a los ciudadanos; el dinero que reciben los beneficiarios de los programas sociales, sólo puede ser dinero de los propios mexicanos que con sus trabajos generan los impuestos de donde se toman los recursos para mantener estos programas.
Los programas sociales están garantizados para las personas que tienen derecho a recibirlos, Independientemente de los discursos que se refieren a incrementarlos, a darlos desde más temprana edad, mejorar sus condiciones, en todos los casos son recursos que provienen de los impuestos que pagan los mexicanos, por tanto, no es verdad, nunca lo ha sido, que el dinero lo otorga el presidente. es una pena que los discursos de los candidatos de las distintas ofertas políticas estén compitiendo por ver quien ofrece mejores condiciones para el reparto de esos recursos.
Cuando estés frente a la urna, le sugiero con todo respeto, estimado lector, que piense usted en usted mismo, en sus hijos y su presente y su futuro y deposite su voto con la tranquilidad de qué está sumando su decisión para el mayor bien posible de los mexicanos.
Hasta la próxima en PROSPECTIVA.
José Gerardo Mosqueda Martínez
gmg@gerardomosqueda.com.mx