
VIGILIA PASCUAL, LA CELEBRACIÓN MÁS IMPORTANTE DE LOS CRISTIANOS
*Anuncia la liberación profunda del hombre

SE CONMEMORA LA RESURRECCIÓN DE JESÚS
La Vigilia Pascual, madre de todas las vigilias, es una celebración litúrgica que conmemora la Resurrección de Jesús y tiene lugar la noche del sábado y madrugada del Domingo de Pascua. Recuerda que en esta noche los judíos fueron liberados de la esclavitud de los egipcios, y cada año ese acontecimiento salvador, protagonizado por Dios, era recordado como un memorial, que anunciaba una liberación más profunda y total, que el mismo Dios realizaría a través de su Hijo, quien superando la muerte, saldría victorioso del sepulcro.
Es la celebración más importante del año en la mayoría de las confesiones cristianas, y en todas ellas tiene un ritual muy semejante, que incluye los símbolos de la luz y el agua, en el que signo principal es el Cirio Pascual, que preside la celebración de esta noche y las del Tiempo de Pascua, cerca del altar, hasta el día de Pentecostés, según explica el ritual del Misal Romano, que resalta también el canto del Aleluya.
En el rito católico, la celebración de la Vigilia Pascual consta de cuatro partes, bien determinadas en su estructura y en su contenido: la Liturgia de la Luz o Lucernario; la Liturgia de la Palabra; la Liturgia Bautismal y la Liturgia Eucarística.
1). Sobre la celebración de la Liturgia de la Luz, el ritual recomienda preparar una hoguera, cuyo resplandor disipe las tinieblas e ilumine la noche; igualmente, el Cirio debe resaltar la veracidad del signo, para evocar a Cristo como luz del mundo.
“Un momento importante lo constituye el canto del Pregón Pascual, que es una síntesis maravillosa y lírica del Misterio Pascual de Cristo en la Historia de la Salvación”.
2). La Liturgia de la Palabra en su estructura consta de siete lecturas del Antiguo Testamento y dos del Nuevo Testamento: a cada lectura hay una meditación a través del Salmo Responsorial o a través de un eventual silencio de la asamblea, y la oración colecta cantada por el celebrante.
A través de estos pasos de la Historia de la Salvación, se pretende resaltar la importancia y el lugar del Misterio Pascual de Cristo, así como iluminar y preparar recepción de los sacramentos celebrados en la misma ceremonia, el Bautismo y la Eucaristía.
Terminadas las lecturas del Antiguo Testamento se canta solemnemente el Gloria con toque de campanas y campanillas, y se proclama la Oración colecta. Antes del Evangelio, el celebrante entona el Aleluya. La lectura del Evangelio de esta noche anuncia la Resurrección, culmen de la Liturgia de la Palabra.
3). La Liturgia Bautismal, como parte de la Iniciación Cristiana de Adultos y el Bautizo de los Niños, constituyen la forma en que la Pascua de Cristo tiene plena manifestación. Como parte del rito, se bendice el agua para la aspersión de la asamblea, se renuevan las Promesas Bautismales, mediante las cuales los fieles recuerdan su bautismo y su compromiso con Cristo y su Evangelio. La aspersión -según la instrucción litúrgica- debe ser un recuerdo real del bautismo de cada uno, y la expresión del deseo y determinación de vivir el compromiso de todo cristiano.
4). La Liturgia Eucarística es la cuarta parte de la Vigilia, el punto culminante, porque la Eucaristía es el Sacramento Pascual por excelencia, el memorial del Sacrificio de la Cruz y la presencia de Cristo Resucitado; es la consumación de la Iniciación Cristiana y la pregustación de la Pascua Eterna. La pastoral de la Iglesia Católica recomienda que la Comunión en la Vigilia Pascual alcance la plenitud del signo eucarístico, es decir, que se administre el sacramento bajo las especies de pan y de vino.
En resumen, la Liturgia de la Vigilia Pascual llama a este día “la Solemnidad de las Solemnidades”, ya que celebra y hace presente al Señor, muerto y resucitado, en los sacramentos pascuales, que deben revestir la máxima solemnidad.
La propuesta de la Iglesia al pueblo cristiano es que “viva la verdad del Señor Resucitado, no sólo recordándola, sino recibiendo los sacramentos, de acuerdo al precepto de que todos sus fieles se acerquen durante estos días a los sacramentos de la Reconciliación y de la Comunión”.