DE LAS PALABRAS, DEL PODER DE LAS PALABRAS, DE LA DESILUSIÓN

DE LAS PALABRAS, DEL PODER DE LAS PALABRAS, DE LA DESILUSIÓN

JOSE CARLOS GUERRA AGUILERA

“México no necesita tanto un líder político (…) Por lo que clama es por un líder moral, que sirva de ejemplo y de inspiración a todo el país”.
Carta del 4 de diciembre de 1970 al “Al primero y al último ciudadano de esta República.”

DANIEL COSSIO VILLEGAS.

1.- En diciembre de 2018 escribí: “No hay nada más seductor que las palabras. No necesita alguien tener lo que se llama carisma, a veces una humilde frase puede ser la clave para engañar, para enamorar, para seducir, para doblegar. Las palabras son la base de la política y de la falaz publicidad. La palabra puede enamorar y quien sabe bien o mal utilizarla, adquiere potestad, dominio. De acuerdo con Álex Grijelmo, en su libro sobre el uso de las palabras, “(…) la palabra es un embrión de ideas que ocupa un lugar primordial en nuestro cerebro. Posee dos valores, el personal (ligado a nuestro estilo de vida) y el hereditario».

2.- Hubo una voz, el 1 de diciembre de 2018, que denunció: “Ahora, nosotros queremos convertir la honestidad y la fraternidad en forma de vida y de gobierno.” (Andrés Manuel). Que lejos estamos de esto. ¿Dónde está la fraternidad? ¿Hay honestidad?

3.- “La altura moral de un gobernante no se mide por la belleza abstracta de sus ideas o principios.” Indica con certeza Enrique Krause y continua “La altura moral de un gobernante se mide por la traducción concreta de sus ideas y principios” (ver Exigencia. Reforma. 2 de diciembre de 2018)

4.- Escribí entonces: “El ser humano encanta con las palabras, seduce, emboba. Según su uso, su fuerza, su tono, redundará de una manera o de otra, siempre tratará de atrapar, de sugerir, de cambiar voluntades, de seducir, de convencer, de transportar una ideal al cerebro del receptor y que ésta se reproduzca. Ante el desfile de palabras y frases, queda nuestra duda y nuestra esperanza. Una sola persona no podrá verificar todo lo que ofrece, dice y promete. Y me pregunto dónde será la bodega del viento, ya que, se dice, las palabras se las lleva el viento…”

5.- A dos años de que el señor Andrés obtuvo un éxito indiscutible. La esperanza, la nuestra esperanza de muchos, de todos los mexicanos aletea alto siempre. Pero ahora, hay poca esperanza.

6.- El señor ha dividido el país, el señor ha perdido muchas oportunidades, el señor se cree el guardián o policía de las elecciones, el señor cada día desprecia a los periodistas, a los analistas, del extranjero y del país; el señor parece no ser sensible, ante la crisis de salud y los gravísimos problemas económicos; el señor parece estar permanentemente en campaña; el señor quiere verificar solo sus proyectos consentidos; el señor ha dejado de vender boletos de lotería, y ahora sigue injuriando a quienes no están (o estamos) de acuerdo con él. Sus palabras ya no convencen. Se cumple este miércoles dos años en los que sus palabras brotan y brotan, parecen pelotas todos los días…

7.- En este tiempo de campaña de ese señor, peligra el INE. No está (lastima) el maestro Wolderberg, está Cordova al frente y deberíamos estar todos al frente para defender a un Instituto que defiende la democracia. El señor que dice ser guardián, no debe actuar en contra de un Instituto ciudadano, que lo legitimó. La altura moral de un gobernante se mide por la traducción concreta de sus ideas y principios. Ciertamente. México clama es por un líder moral, que sirva de ejemplo y de inspiración a todo el país. No por un peleonero, en campaña, desde hace años…

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