Celaya requiere de un gobierno con liderazgo comunitario y político, que una: Mancera
*Debe ser el próximo presidente un buen promotor, gestor y conciliador para “obligar” a las instancias federales y estatales a hacer lo que les corresponde frente a la inseguridad
POR AGP
Celaya, Gto. (23 de noviembre de 2020).- Celaya requiere de un liderazgo capaz de unir a todos los sectores de la sociedad, llámense empresarios, sociedad civil e, incluso, a los partidos políticos después de la elección; que no sea antagónico ni al gobierno federal ni al gobierno estatal; se necesita que sea un buen promotor, gestor y conciliador para “obligar”, con la ley en la mano, a las instancias federales y estatales, de los tres poderes, a hacer lo que les corresponde en la solución de los problemas del municipio, en tanto el ayuntamiento debe hacer lo propio. Celaya no puede seguir como está, en una anarquía total y cierre de negocios, por la falta de gestión y liderazgo político.
Así lo expresó Armando Mancera Mendoza, abogado municipalista, quien reconoció que, si bien el municipio no es sólo una instancia administrativa, sino que tiene múltiples atribuciones que le otorga la Constitución, la Ley Orgánica Municipal y varias leyes federales y estatales, se requiere mayor conocimiento de las leyes y voluntad de parte del Ayuntamiento y de su presidente para gestionar la participación y colaboración de todas las instancias, así como de la misma sociedad, para que cada quien haga lo que le corresponde.
Reconociendo que, políticamente, el municipio está en el nivel más bajo de la estructura jerárquica, y depende de lo que diga la federación y el estado, Mancera Mendoza destacó que las leyes le asignan muchas atribuciones y responsabilidades, que no puede cumplir con todas por sí solo, lo tiene que hacer de forma concurrente o coordinada con la federación o el estado, y en otras sólo; sin embargo, para ello se requiere capacidad de gestión y de liderazgo político.
FALTA DE LIDERAZGO ABSOLUTO
La inseguridad es un tema que los celayenses están viviendo en carne propia, el cual ya se había vaticinado ante la omisión significativa de la autoridad, al no conocer, verdaderamente, la competencia de cada una de las instancias y al no haber podido coordinar eficazmente las acciones “para evitar que seamos hoy, en toda su historia, uno de los municipios más desprestigiados a nivel mundial, lo cual no merecemos los celayenses”.
Esto tiene que ver con la capacidad del ayuntamiento para asumir la responsabilidad de encauzar su gobierno hacia la instancia federal o estatal o municipal en la solución de los problemas.
En México, el municipio tiene una función multidisciplinaria; en todas las leyes tiene una serie facultades, que debe realizar, ya sea de forma concurrente con el estado y la federación o excluyente, o coordinado, porque representa un poder público importante, aunque algunos lo ven sólo como una instancia administrativa.
Como gobierno, le corresponde al ayuntamiento y a su presidente dirigir las acciones que sean necesarias para elevar la situación de la función gubernamental del propio municipio; en las leyes tiene bastantes funciones que se rozan unas con otras; pero si los regidores y el presidente municipal no entienden que ellos son los responsables absolutos de encauzar y coordinar todas esas acciones para que todas las instancias cooperen en resolver los problemas, como el de la inseguridad que tenemos en Celaya, no vamos a poder resolver ningún asunto.
El municipio requiere recursos para cumplir con sus funciones administrativas y los tiene, pero no necesita recursos para generar los antecedentes jurídicos necesarios y de gestión para resolver los problemas locales; no es el dinero lo que se requiere para obligar a otras instancias a cumplir su responsabilidad; el problema, está en que el ayuntamiento y su presidente no asumen la responsabilidad que les toca, simplemente se comportan como si no fueran ellos los responsables.
Lo político debe ser rebasado con la ley en la mano. La única manera que hay para que los municipios puedan imponer la ley es con la ley misma: haciendo responsables a los responsables, de lo que les toca.
En el caso de Celaya, cuestionó: “¿Cuándo ha tenido, este ayuntamiento, la voluntad para sentarse con el Poder Judicial, con el Poder Legislativo y el Poder Ejecutivo, en su instancia estatal y federal, para ver el nivel de problemática que tiene el municipio y conjuntar los esfuerzos para una solución?, porque aquí vivimos en una anarquía. Negocios cerrados, el miedo que se siente, el temor que se vive, ante el estado de indefensión que tenemos en este momento por incapacidad del liderazgo político. Falta de liderazgo absoluto”.
SE REQUIERE UN LIDERAZGO QUE ASUMA LA RESPONSABILIDAD
Los partidos políticos y los aspirantes a gobernar Celaya deben asumir la responsabilidad de abanderar ante las instancias federales estatales la solución del problema de la inseguridad, primordialmente. “El que le entre tiene que asumir la responsabilidad, si no mejor que no se meta”.
Frente a la realidad que vive Celaya y al delinear el perfil que, desde su punto de vista, se requiere para el municipio, el abogado municipalista Mancera Mendoza destacó que debe ser una persona con liderazgo comunitario, que agrupe los sectores necesarios a nivel municipal, tanto de la sociedad civil, como de los empresarios; que no esté tan polarizado con las expresiones políticas, para que pueda unir también a los partidos o por lo menos a los miembros del ayuntamiento; porque uno de los problemas es que los partidos políticos, si no se ponen de acuerdo, van a dividir de nuevo a la sociedad.
Se necesita una persona que no esté tan antagonizada con el gobierno federal ni con el gobierno estatal, pero sí un buen gestor, promotor y conciliador, para obligar a las instancias federales, estatales y judiciales a cumplir con su obligación frente al problema de la inseguridad.
Para los ciudadanos es un buen momento para reflexionar a quién se va a elegir y que esa persona se comprometa a la resolución del problema de la inseguridad y del rezago económico ocasionado, no tanto por la pandemia, sino por la inseguridad.