PRESIDENTE… ATRAPADO POR EL PASADO
Por G. C. Samayoa Madrigal
No cabe duda de que el Presidente Andrés López O. (PALO) sigue atrapado, no ha podido anular o superar los efectos de los gobiernos que le antecedieron, a los que califica de neoliberales. Esta conclusión resulta de la confesión dada el pasado jueves 18 de febrero en el engendro mañanero —combinación frankesteiniana de rueda de prensa, diálogo circular, ring del pugilismo retórico, escenario de guerra de odio, clasismo, revanchismo y amenaza.
Ese jueves que se inscribe en la historia de la sobrexposición publicitaria presidencial, el PALO, explicando o justificando las circunstancias en que se produjo el mega apagón que sólo unos días antes había afectado a 22 estados de la República, aceptó: “Tenemos toda la presión de nuestros adversarios y del grupo de traficantes de influencia, que ni siquiera son empresarios en sentido estricto, y de todos los que han medrado, de todos los que se han dedicado a saquear, tenemos toda la presión”.
O sea, ¿el Presidente presionado, atado de manos?
El PALO aceptó: “Esa es la herencia del modelo neoliberal, por eso no vamos a permitir retrocesos. Y todo esto por los negocios, por la corrupción, no les importaba extraer el gas de México; al contrario, se permitía que se quemara el gas porque estaban viendo cómo contrataban gas del extranjero”.
Es decir, ¿más de dos años en la conducción del país no son suficientes para resolver problemas heredados del pasado? ¿Cómo se puede tomar? ¿Declaración de la derrota? ¿Incapacidad, frustración?
Porque esa herencia que refiere el presidente no se descubre ahora con este enésimo mega apagón. Ya se conocía y ello lo expuso ese mismo memorable jueves, Miguel Reyes Hernández, Director General de CFENERGÍA y CFE INTERNACIONAL:
“Porque la generación hoy en México, la generación de electricidad depende fundamentalmente del gas natural. Hoy el 64 por ciento de la generación en México se hace con gas natural, a diferencia de los Estados Unidos, que es el 38; de Japón, que es el 21 por ciento; de China, que es el ocho por ciento. Tanto la CFE como México, por decisiones de las administraciones pasadas, hicieron o generaron una dependencia del gas natural, porque hicieron una conversión tecnológica de muchas de nuestras plantas de generación; pero, además, ese gas natural no vinculado al que se producía en el país, porque se abandonó la industria petrolera nacional, sino al gas natural que se importaba desde Texas”.
Entonces, ¿se necesitaban varios mega apagones y más de dos años de gobierno para exponer las nocivas herencias diagnosticadas por el PALO?
El mandatario, quizá en aras del autoconvencimiento, se decidió a repetir: “Tenemos que fortalecer a la Comisión Federal de Electricidad, lo mismo a Pemex”… una vieja promesa que, más que evidente, no ha podido cumplir.
Tampoco solventa el compromiso de combatir y anular los efectos de los gobiernos neoliberales… según lo admite en sus confesiones mañaneras, la sombra de estos últimos sigue presente en su administración, la de la que él llama la cuarta transformación.
El propio PALO está exhibiendo impotencias y las aporta al juicio de la historia.
“¡Ahí va eso!”, surgía de la voz apasionada del cronista beisbolero.