MENTIRAS, RECICLAJE, OCURRENCIAS
G. C. Samayoa Madrigal
El miércoles 1 de septiembre en Palacio Nacional más que Informe Presidencial, fue una edición especial de la Mañanera del “Falso Mesías”, que continúa en campaña político-electoral que fue lo único que aparentemente aprendió bien. Sólo cambió de salón, sustituyó a la “fuente” por los miembros del Gabinete y la jefa de gobierno de la ciudad de México, la que por cierto no fue aludida por el líder moral de la 4t al expresar agradecimiento y sólo se refirió a sus colaboradores.
Como ya es común, dirigió sus palabras a aquellos que le siguen ciega y fanáticamente, ofendiendo la inteligencia de los demás mexicanos, a los que matutinamente denuesta, desprecia, humilla, insulta, acusa sin pruebas y les hace presa de sus odios, rencores y venganzas. Por mencionar algunos: los empresarios a quienes sin recato les llama “cuello blanco”, las clases medias que califica de “aspiracionistas”, los periodistas etiquetándolos como fifís y mentirosos, los intelectuales vistos como adversarios, los profesionistas cuyo “pecado” es ser especialistas en sus respectivas materias, los enfermos de cáncer y familias a los que considera “golpistas”, los investigadores a los que reclama que “gozaban de inmerecidas canonjías”, los pobres degradados a “mascotas”, las feministas “por revoltosas”, los pacifistas “por manchar la investidura presidencial”… y suma a otros sectores más cada día, según como ande de genio… dirían en el pueblo: no deja títere con cabeza.
En dicho marco, dio lectura al documento que requirió del reciclaje de información, apoyándose además —como es su costumbre diaria— de mentiras y ocurrencias, para dar volumen a lo que se aprecia como la pretendida justificación de un año de “ejercicio gubernamental”.
En un recuento rápido, el documento inicia con una de sus cotidianas mentiras al decir que “estamos desterrando vicios y prácticas deshonestas en el manejo del gobierno”, cuando recurrentemente acepta que en su administración continúan trabajando corruptos de los gobiernos pasados, y peor, el titular de Marina reconoció corrupción en la esfera gubernamental.
Y a ésta, se suman otras mentiras, como: “se ha reducido considerablemente el número de hospitalizaciones y de fallecimientos por COVID”, cuando las cifras oficiales le contradicen; “no hemos contratado deuda pública adicional”, pese a que se ha informado que la deuda ha crecido; “no hemos aumentado en términos reales los precios de las gasolinas, el diésel y la electricidad”, lo que habría que preguntarle a los consumidores que son los que padecen; “hay paz social y gobernabilidad en nuestro país”, afirmación audaz cuando México está envuelto en la violencia y no hay autoridad que pare a los narcos, al contrario; “récord histórico en no incremento de deuda”, falso triunfalismo que cae por su propio peso; “se redujo el robo de combustibles, el llamado huachicol, en 95 por ciento”, práctica que tiene intensa actividad hasta en altamar; “desde el primer año de gobierno logramos, entre otras medidas, eliminar la condonación de impuestos a grandes contribuyentes”, debió agregar que se aplicó a los del pasado —adversarios—, no así a los consentidos del presente; “se mantiene el programa de protección a periodistas”, ¿de veras?, porque no se nota.
El colmo cuando asegura que “la independencia de los poderes Legislativo y Judicial y de la Fiscalía General de la República es una realidad”, cuando es claro su afán de controlarlos a todos ellos; “las manifestaciones de protesta se han reducido al mínimo”, no las atiende, que es diferente; “en estos 34 meses solo ha ocurrido un apagón importante y no se ha presentado una crisis por desabasto de agua”, siendo que la experiencia demuestra lo contrario; “ahora se respeta la Constitución, hay legalidad y democracia se garantizan las libertades y el derecho a disentir; hay transparencia plena y derecho a la información, no se censura a nadie”, no puede haber mayor mentira.
Por lo que se refiere al reciclaje, repite lo que ha manifestado en anteriores informes y que reitera cada mañana, lo que evidencia inmovilidad, no hay avances.
Sólo unos ejemplos: “hemos detenido las privatizaciones en el sector energético: en petróleo y electricidad”; modernización de las seis refinerías existentes, construcción de nueva refinería en Dos Bocas, construcción del aeropuerto Felipe Ángeles, programa integral del Istmo de Tehuantepec, el Tren Maya “llevará bienestar a la región de mayor riqueza arqueológica”; “está en marcha la integración económica y comercial con Estados Unidos y Canadá”; “el salario mínimo ha aumentado en términos reales, en 44 por ciento” —sólo alcanza para comprar casi 8 kilos de tortillas—; “todos los días, desde las 6 de la mañana, de lunes a viernes, realizamos en Palacio Nacional reuniones del gabinete de seguridad”; “estamos cobrando deudas vencidas y no se tolera el fraude fiscal”.
Insiste que el aeropuerto de Texcoco es obra, cancelada por decisión del pueblo y que con el aeropuerto General Felipe Ángeles “obtendremos un ahorro de alrededor de 120 mil millones de pesos”; “emprendimos desde el principio el apoyo al campo”; “se canceló la mal llamada reforma educativa”; “de los 100 compromisos que hice… solo tenemos pendientes dos: descentralizar el gobierno federal y conocer toda la verdad acerca de la desaparición de los jóvenes de Ayotzinapa”; se creó la Guardia Nacional; las Islas Marías dejaron de ser penal y se convirtieron en Centro de Educación Ambiental y Cultural; se creó el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado; ofrecimos asilo al expresidente Evo Morales y a sus colaboradores; “se resolvió el problema de la escasez de gasolina que se originó por el combate al robo de combustible y se adquirieron 612 pipas o carros-tanque que opera la Secretaría de la Defensa Nacional”… y, así, otros hechos correspondientes a años anteriores, no al del 2021.
Desde luego, no faltaron las ocurrencias, como la insistente: “el dinero de las remesas llega hasta abajo, a las familias y comunidades más pobres del país; estamos hablando de más de diez millones de envíos de 380 dólares mensuales (7 mil 600 pesos) en promedio por familia”, lo cual ni debería de mencionar, porque no es producto de un plan de gobierno, sino una acción benéfica de los paisanos que laboran en el extranjero y desde allá apoyan a sus parientes en México.
La más reciente: “es tan importante lo logrado en este periodo que hasta podría dejar ahora mismo la Presidencia sin sentirme mal con mi conciencia, que es lo que estimo más importante en mi vida”… para al final rematar: “Vamos bien y estoy seguro de que la gente va a votar a finales de marzo del año próximo porque continúe mi periodo constitucional hasta finales de septiembre de 2024”… ¿Será?… Esta decisión está en manos del pueblo.