CONADE, CINISMO Y DESFACHATEZ
G. C. Samayoa Madrigal
Cinismo: “Actitud de la persona que miente con descaro y defiende o practica de forma descarada, impúdica y deshonesta algo que merece general desaprobación”.
Desfachatez: “Actitud de la persona que obra o habla con excesiva desvergüenza y falta de comedimiento o de respeto”. “Dicho o hecho descarado e insolente”.
El cinismo y la desfachatez rigen el comportamiento de la exatleta Ana Gabriela Guevara al frente de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE). Sin lugar a duda, la otrora campeona mundial y medallista olímpica ha sorprendido a todos. De ella se esperaba más: disciplina, conciencia, solidaridad, coraje para superar los puntos negativos que han distinguido las dirigencias que le precedieron y de las cuales, incluso, fue víctima en su etapa como competidora.
Cuántas quejas de la velocista circularon por los diferentes y diversos medios de comunicación, lo mismo impresos que electrónicos por la falta de los apoyos fundamentales para el desarrollo del deporte de alto rendimiento.
Hay que reconocer, Ana Gabriela no se empequeñeció ni se atemorizó. Tuvo el valor y coraje suficiente para evolucionar en sus prácticas atléticas y colocarse en los sitios de privilegio por su capacidad física y técnica, producto del entrenamiento acucioso, el cumplimiento de tiempos, marcas, eliminatorias, clasificaciones y todos los retos previos a los grandes eventos locales, regionales y mundiales, incluyendo, desde luego, los olímpicos.
Experiencias amargas que predestinaban a Ana Gabriela al rescate del sistema deportivo nacional tan deteriorado. El destino, y sus esfuerzos, la privilegiaron y conquistó la dirección de CONADE, para beneplácito del sector entero y la afición mexicana. Se antojaban cambios sustanciales a favor de los competidores, desde las etapas tempranas —la siembra—, como en las de alto rendimiento —cosecha.
Cinismo y desfachatez. No hubo cambios, sólo empeoraron las condiciones de los atletas de las diversas disciplinas, directivos (clubes, asociaciones, federaciones) y entrenadores. Pero se le sumó un ingrediente negativo más: la deshonestidad materializada en actos de corrupción, probados por la Secretaría de la Función Pública y que tal parece se niega comprobar la Fiscalía General de la República para someterlos a los procesos que corresponden.
Ana Gabriela, así, se revela como una servidora pública perversa, pero intocable, protegida por la principal autoridad gubernamental.
¡El deporte mexicano en uno de sus peores momentos!
Muestras claras de ese cinismo y esa desfachatez se registraron recientemente, al término de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos Tokio 2020. Fue un escándalo. No obstante que el presidente del país se mostró satisfecho con el desempeño de los dos contingentes mexicanos (olímpico y paralímpico), prometiendo incluso incentivos especiales a los medallistas, la CONADE tomó la inesperada decisión de bajar el monto de las becas otorgadas a deportistas olímpicos, lo que se comunicó en oficio de la Dirección de Alto Rendimiento a cargo de Víctor Hugo de Lucio Ávila.
El documento indica que producto del análisis técnico del desempeño y resultados en los Juegos Olímpicos, “se ha encontrado que su resultado no cumple con los criterios que se encuentran plasmados en las Tablas Técnicas que contienen los criterios para otorgar los apoyos ordinarios a deportistas, documento que forma parte de las Reglas de Operación del Fondo para el Deporte de Alto Rendimiento”. Y señala que a partir del 1 de septiembre del presente año habrá “un ajuste en el monto del apoyo económico ordinario que actualmente recibe por parte de CONADE”.
lamentablemente la tendencia de Ana Gabriela ha sido restar recursos a los planes de preparación de estos deportistas que participaron en los eventos del Ciclo Olímpico, sin contar con las herramientas y las facilidades para fortalecer sus programas de entrenamiento, tener el fogueo internacional necesario, incluso dificultades para participar en encuentros eliminatorios y clasificatorios. Lograr la inclusión en la delegación olímpica, sin contar con esa ayuda, es por demás meritorio. Pero Guevara quería diez medallas de los tres metales, según se comprometió con su jefe durante el abanderamiento. De ahí que los cuatro bronces enfurecieran a la titular de CONADE, que ahora reprime, en lugar de estimular.
Quizá consciente de su pobre o negativa labor, Ana Gabriela pidió a varios deportistas tan sólo obtener los criterios técnicos que les permitieran ser incluidos en la delegación mexicana. Pero cambió de parecer y ahora les aplican unas supuestas Tablas Técnicas, que obviamente no conocen los becarios. Ahora éstos sufren el descuento de entre el 65 y el 80 por ciento de lo que venían percibiendo, ocasionándoles graves perjuicios económicos.
Pero fue tal escándalo y la inconformidad social, que la directora de CONADE tuvo que dar una explicación. Dijo que en el 2020 se canceló el fideicomiso que cubría todas las becas y que además se extinguió el FODEPAR. Lo que hace presumir que se acabaron el presupuesto. Coloquialmente, no hay dinero.
Pero para descargo, tratando de calmar las aguas, la exvelocista prometió que el tenso escenario económico de las becas mejorará con el tiempo. “Esto no es para siempre; es una decisión mientras autorizan y se publican las nuevas reglas de operación”.
¿Más cinismo y desfachatez?
¡Fue víctima… es victimizadora!
¿Usted qué opina, amable lector?