DE LA PÉRDIDA DE UN JURISTA DE VERDAD, DON SERGIO
JOSÉ CARLOS GUERRA AGUILERA
1.- Burgoa Orihuela, Carpizo Mac Gregor, Fix Zamudio, se han ido, nos han dejado en orfandad. Este 10 de Enero, inolvidable ya para el suscrito, se ha ido mi amigo Don Sergio Garcia Ramirez, un jurista de verdad. El 1 de febrero cumpliría años.
2.- Nacido en Guadalajara llegó muy lejos, muchos cargos importantes en el país. Fue un mexicano de excepción, un hombre de una cultura muy alta, de prosa elegantísima, de pluma incansable. Gerardo Laveaga dibujó parte de su carisma: “Siempre lúcido, siempre sereno, siempre generoso y siempre hermético, vivió, escribió y trabajó con un pie en la tradición y otro en la vanguardia.”
3.- Hombre modesto, auténtico, la última vez que supe que estaría en Guanajuato, fue a Acámbaro a una conferencia; otras veces fue a Guanajuato donde traté de acompañarlo; en el 2018 y en el 2022 estuvo en Celaya por la Universidad Latina y por el Seminario de Cultura.
4.- Hay muchas facetas de su larga y fructífera vida que podrían destacarse, una de ella es la de haber sido uno de los tres mexicanos que ha sido Juez de la Corte Interamericana de San José, Costa Rica, y como los otros dos (Fix y Ferrer) Presidente de ella. Le tocó el caso quizás más sonado de la Corte, aquel que en año 2011 resolvió sobre la censura de la película “La Última Tentación de Cristo”, en el caso Olmedo Bustos y otros contra la República de Chile.
5.- Otro caso extraordinario fue el de Almonacid Arellano contra Chile, en el que nace el ahora famoso control de la convencionalidad, y brota en virtud del párrafo siguiente creado (entre otros) por Don Sergio García Ramírez, la frase siguiente de la sentencia es altamente significativa: donde se escribió con meridiana claridad y pétreamente: 124. (…) [C]cuando un Estado ha ratificado un tratado internacional como la Convención Americana, sus jueces, como parte del aparato del Estado, también están sometidos a ella, lo que les obliga a velar porque los efectos de las disposiciones de la Convención no se vean mermadas por la aplicación de leyes contrarias a su objeto y fin, y que desde un inicio carecen de efectos jurídicos. En otras palabras, el Poder Judicial debe ejercer una especie de “control de convencionalidad” entre las normas jurídicas internas que aplican en los casos concretos y la Convención Americana sobre Derechos Humanos. En esta tarea, el Poder Judicial debe tener en cuenta no solamente el tratado, sino también la interpretación que del mismo ha hecho la Corte Interamericana, intérprete última de la Convención Americana.”.
6.- Pero hoy en su muerte, destacó su honda desolación por el rumbo del país, sus ensayos en el Periódico El Universal y en la revista Siempre! mostraron un profundo amor a México, a sus instituciones, a la UNAM, al Derecho. Junto con Elisur Arteaga han sido los más insistentes, tenaces, enjundiosos, valientes, críticos del actual Gobierno Federal. Deja solo, en ese difícil camino, al guerrerense Elisur Arteaga. Ya lo extraño.
7.- Al fin del año pasado le envié un libro de España, ya no tuve respuesta, supuse una enfermedad; su educación no le permitiría callarse, no contestar. Por ello lo extrañaremos quienes leíamos puntualmente su legado de sabiduría, sus lecciones de Derecho. Las últimas cátedras sobre los Derechos Humanos deben ser consideradas su mejor testamento.