DE UN PRONOSTICO MUY TRISTE
«Porque tuve hambre, y me disteis de comer;
tuve sed, y me disteis de beber;
era forastero, y me acogisteis;
estaba desnudo, y me vestisteis; (…)”
Mateo 25.36
A mis alumnos: Alejandro Sosa de Morelia; Jesús Santos de Coahuila; Jose Luis Heredia de La Piedad; Verónica Soto de Celaya; Michael y Jonathan Negrete de Irapuato; Marco Antonio Lascano de Ensenada;
Héctor H. Meillon Huelga de Mexicali;
JOSE CARLOS GUERRA AGUILERA.
1.- Federico Reyes Heroles, en una conferencia en 1998, proporcionó datos lacerantes: somos 98 millones de habitantes en el país, de los cuales 35 millones de adultos mexicanos no tienen escolaridad. De cada 100 niños que ingresan a primaria, sólo 62 egresarán y de esos 62 que irán a secundaria 40 concluyen, aunque solamente serán 7 al ingresar a preparatoria. Hoy somos 129 millones de habitantes.
2.- Pablo Latapí Sarre refirió en relación al presupuesto federal para 1999 para la educación: “…mucho más severa es la reducción del gasto federal en educación superior: por habitante resulta de menos de 44.1%, y por alumno, de menos de 46.3%; si en 1994 se gastaban 10 mil 204 pesos por estudiante en promedio, en 1999 se gastarán sólo 5 mil 478. Esta drástica disminución ha sido acompañada de un enorme crecimiento de las matrículas de universidades privadas en estos cuatro años… el Gobierno parece renunciar parcialmente a su responsabilidad respecto a la enseñanza superior transfiriéndola a grupos privados, a la vez que recorta fuertemente los recursos de las instituciones públicas.”
3.- A 22 años, el panorama es más drástico y sin pronostico alentador en cuanto a la educación. Millones de niños y jóvenes sin escuelas, sin educación, sin que se motive el autodidactismo. Se dice que hay 25 millones de personas de 3 a 30 años, que no van a las escuelas. Muchísimos niños y jóvenes que ya no leen libros y que están enamorados de sus teléfonos móviles. El Pronóstico es definitivo: No avanzaremos casi nada. El Ocio reinara. Privilegiados los que tienen escuela a distancia.
4.- Mientras tanto en nuestra realidad con la pandemia más acelerada: ya se acabó el llamado “buen fin” y se acerca el otro fin, pero del año. ¿Qué nos espera? seguramente frio, quizás más frio que otros años. Se dice de más de un millón de muertos. La pandemia continuará, los enfermos también, con vacunas o sin vacunas. Algunos tienen y usan cubre nariz y boca. Otros no, despreciando o ignorando esa defensa. Somos una sociedad heterogénea. Pero el frio será más para los millones de desempleados, sin trabajo, sin ayuda, sin salario y obviamente sin aguinaldo.
5.- Es posible que muchos sectores de la población no vayan en peregrinación con la Virgen morena el próximo 12 de diciembre, o a la Virgen de San Juan en el cercano mes de enero; es muy posible que no haya regalos; que la Noche Buena no sea tan buena, que la Navidad sea muy diferente. Se dice de mas de quince millones de desempleados.
6.- Me dicen de grandes tiendas que están casi vacías, con ofertas, listas quizás para cerrar. El fenómeno es predecible: no hay dinero, no habrá. Se dice de más de ciento cincuenta mil tienditas desaparecidas en julio de este año.
7.- La llamada curva del muy contiguo mes de enero, será más severa. En otros países sus gobiernos comprensivos, generosos, provee ayuda económica en estos tiempos. Aquí algunos esperan las remesas de los mexicanos de allá, del Norte, que quizás este año vengan disminuidas o de plano no lleguen.
8.- A veces regalamos lo que nos sobra. Si tenemos 5 o más sweaters, ellos (valga la expresión) se cobijan entre sí, amontonados; cuando afuera se necesitan mucho en esta fría época, por usar un ejemplo sencillo. Debemos por sobrevivencia, por necesidad, por religiosidad, seguir ayudando, o empezar a dar y a darnos. Cuantos estarán hambrientos y no les daremos de comer, ni las migajas rodarán. Cuantos estarán sedientos y no les daremos de beber, pudiendo hacerlo nosotros. Todos necesitamos de todos.
Noviembre 23 de 2020.
