Juicio Contra el “Señor del Zapote”
*El Cristo de los naturales del barrio de Nuestra Señora de la Asunción fue “condenado a muerte” cambiándole de nombre, por el “Señor de la Clemencia”
POR AGP
CELAYA, GTO.- Aunque parezca insólito, sucedió en octubre de 1811, el Santo Oficio abrió un juicio en contra la imagen del Señor del Zapote, porque “comprobó” que brindaba su divina protección a los Insurgentes y lo “condenaron a muerte”, hecho que estuvo relacionado con el juramento a la Purísima Concepción como “Generala de los Reales Ejércitos”, por parte de las autoridades de la ciudad, fieles al virreinato.
Según el historiador Rafael Zamarroni, la narración de los hechos se encuentra en la Gaceta de la Ciudad de México, del martes 23 de Agosto de 1820 (Hemeroteca Nacional), publicados casi nueve años después ocurridos los acontecimientos. Consignado que en ellos estuvo involucrada una pareja de trovadores, quienes cantaban, en la plaza y los portales, unas coplas alusivas:
Me clavaron una espina
¡Oh! mi Divina Zalaya
volviéndode gachupina
y de pilón Generala.
A mi Señor del Zapote
yo le pido su clemencia,
porque es un Cristo grandote
el Cristo de la Insurgencia.
Dice Zamarroni en su narración que los cantantes fueron apresados; “llevados a la prevención, los trajeron de Herodes a Pilatos, se les formó proceso y fueron sentenciados a 30 días de arresto y 25 azotes, pero al pobre Señor del Zapote, habiéndose “comprobado” que impartía su divina protección a los Insurgentes, fue “sentenciado a muerte”; pena que se aplicó, simbólicamente, cambiándole el nombre por el de “Señor de la Clemencia”… Los vecinos del barrio rogaron, suplicaron, lloraron, pero el Comisario del Santo Oficio fue inflexible.
Los indígenas, a modo de represalia, acordaron denominar al poblado “Barrio del Señor del Zapote” y no Barrio de la Nuestra Señora de la Asunción, según el nombre oficial. “Las obcecadas autoridades eclesiásticas negaron toda reconsideración”.
Ya pasado el tiempo, con el advenimiento de las nuevas generaciones, al caserío sólo se le ha denominado “Barrio del Zapote” y al Santo Cristo de los Naturales, Señor de la Clemencia”.
ANTECEDENTES DEL CRISTO DEL SEÑOR DEL ZAPOTE
En artículo anterior, se reseña el hallazgo de la imagen del Cristo, junto a un árbol de zapote, en las inmediaciones de Chamacuero, hoy Comonfort, por un grupo de pobladores de Nattahí o Pueblo de Indios de la Asunción, entre 1563 y 1564, cuando éstos regresaban de San Miguel de Allende.
El Cristo, como dicen los historiadores -Zamarroni y Luis Velasco- “con fama de aparecido”, empezó a cobrar fama por sus milagros y favores que hacía a sus devotos, desde 1564, que se expuso a la veneración en la ermita o capilla del poblado de Nuestra Señora de la Asunción, recién fundado como Pueblo de Indios, antes de la fundación de Zalaya.
El Cristo de los indígenas, como también le llamaban, cobró tal prestigio que rivalizaba en seguidores con el Señor del Hospital de Salamanca.
Pero desde el principio, a algunos miembros del clero, el nombre del Señor del Zapote les pareció inapropiado; sin embargo, aunque intentaron cambiarlo por el de Señor de la Clemencia, no lo lograron por varios siglos, aún cuando desapareció, por largo tiempo, el Pueblo de Nuestra Señora de la Asunción.
CONTEXTO DEL JUICIO CONTRA EL SEÑOR DEL ZAPOTE
Después del desastre de Aculco -en el marco de la Guerra de Independencia-, Hidalgo con sus pocos seguidores regresó a Celaya, de donde él y otros acompañantes se van a Valladolid, mientras Allende toma rumbo a Guanajuato. Dos o tres días después, convergen en Celaya las tropas de los Reales Ejércitos, comandadas por Calleja, Flón e Iturbide.
Antes de salir rumbo a Guanajuato, donde sabían que se había atrincherado los Insurgentes, alguien propuso fuera jurada “Generala” de dichos Reales Ejércitos a la Purísima Concepción, Patrona de Celaya, como Hidalgo lo había hecho con Nuestra Señora del Refugio, en Acámbaro.
Dos o tres días después, mientras se hicieron los preparativos, en solemne ceremonia realizada en el templo de San Francisco, se impuso la simbólica banda a la imagen de la Purísima Concepción, que es lo que dio origen a la crítica mordaz de las coplas transcritas al principio.
Con este juicio sí lograron desaparecer al Señor del Zapote, siendo una de las imágenes más veneradas en la nuevas españa, según un manuscrito que el historiador Zamarroni tuvo la oportunidad de consultar, entre los documentos que le proporcionó el Canónico Don Juan Manuel Rodríguez, de Morelia. Este escrito estaba junto con un libro titulado: “Historia sobre algunas imágenes de Cristo más veneradas en la nueva españa”, muy al principio de la primera mitad del siglo XVI.