El Mesón de Guadalupe, un referente popular desde la fundación de Celaya

El Mesón de Guadalupe, un referente popular desde la fundación de Celaya

*En la traza original de la villa se dejó un solar para su construcción a petición del Cabildo
*Es un momento histórico catalogado por el INAH

POR AGP
FOTOS: Museo de Historia Regional de Celaya y Fototeca Nacional

Celaya, Gto.- Pocos edificios particulares se mantienen como referentes de los habitantes de Celaya, desde la fundación de la villa, como el Mesón de Guadalupe, que estuvo contemplado en la traza original, ejecutada en 1574 por el doctor Alonso Martínez, Juez Visitador de la Nueva España, de acuerdo al acta del “repartimiento”. Destaca el hecho histórico del 22 de septiembre de 1810, cuando Don Miguel Hidalgo, desde uno de sus balcones arengó al pueblo para unirse al movimiento de independencia y fue proclamado Capitán General del naciente “Ejército Insurgente”.
A lo largo de su historia ha tenido prominentes propietarios, como el General Luis Cortazar, a través de su hermano Pedro Cortazar, que fue su prestanombre; antes hubo un largo litigio entre herederos de uno de sus propietarios; ya en el siglo pasado fue adquirido por Don Camerino Suárez, a quien atribuyen la remodelación y su cambio a hotel, mismo que hoy ha caído en desuso. En los primeros siglos, el hoy pasaje Guadalupe era el acceso principal al patio y a las caballerizas.

Al fondo el Mesón de Guadalupe.

EL SOLAR PARA EL MESÓN FUE RESERVADO POR SU ILUSTRE CABILDO

Aunque no queda claro quién fue su primer propietario, el historiador Rafael Zamarroni Arroyo consigna: “Don Alonso Martínez, Juez Visitador, concedió para propios de la Villa, un solar especialmente reservado por su Ilustre Cabildo para la construcción de un Mesón, que en aquellos buenos tiempos, era una verdadera Institución, encargada de proporcionar cómodo y seguro albergue tanto a los encumbrados visitantes, como al viajero honrado que confiaba su vida y su fortuna al noble oficio de la Arriería”.
En el acta del “repartimiento”, fechada el 3 de febrero de 1574, ejecutada por Juez Visitador y firmada por Hernán Sánchez, luego de consignar lo asignado a cada uno de los 32 fundadores y vecinos, dice: “Para Mesón y propios de la villa se señaló un solar en que se edifiquen y se hagan las casas del linde con casas de Miguel Sánchez, vecino de dicha villa hacia el río abajo”.
Entre las observaciones del historiador Zamarroni, luego de analizar el acta, dice que Miguel Sánchez era vecino de la Villa y que tenía su casa de morada frente a la Plaza Mayor, por lo cual, al señalar el Juez Visitador el solar que habría de ocupar el Mesón, éste quedó colindante con la casa de Miguel Sánchez, al lado sur de la Plaza Mayor.
De igual manera, señala que la autenticidad del documento, que cita, transcribe y publica en su libro: “Celaya, Tres Siglos de Historia, Escrita con Fundamento en Documentos Auténticos”, se encuentra comprobada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia.

Acceso principal al Mesón de Guadalupe.

EL LUGAR SE DEBE PRESERVAR

La mayoría de los celayenses, aunque desconozcan la historia, saben que, el Mesón de Guadalupe ha sido un referente popular desde la fundación de la villa y a lo largo de sus casi 450 años de existencia y de las transformaciones que se han dado; de tal modo que, al construirse el portal del lado sur de la Plaza Mayor, le dieron el nombre de “Portal Guadalupe”, como el Mesón, que originalmente se llamó: “Mesón de Nuestra Señora de Guadalupe”, que últimamente fue el “Hotel Guadalupe”.
La importancia del lugar para los vecinos, como para los visitantes, así como el acontecimiento histórico, que le dio la presencia Miguel Hidalgo, y su valor arquitectónico, han permitido que se mantenga como un referente popular indiscutible para la comunidad, que la autoridad debe preservar, destaca el historiador Rafael Soldara Luna.

Rafael Soldara Luna.

ANTIGUOS PROPIETARIOS DE 1672

Aunque no se logra establecer quién fue su primer propietario, de acuerdo a información proporcionada por el historiador Rafael Soldara Luna, director del Museo de Historia Regional de Celaya, y la licenciada Estefanía Juárez Herrera, Investigadora del Museo, dicen que, de acuerdo al hallazgo de una partida de datos registrales de la Escritura del Mesón de Guadalupe, se identifican a algunos de sus propietarios de 1672 a 1958, desde Don Domingo Flores del Roble hasta Don Camerino Suárez.

De acuerdo a estos datos, se sabe que su más antiguo propietario fue Don Domingo Flores del Roble, después pasó a ser propiedad de Don Lucas de Aguilar. En 1773 aparece como propietario Joseph Tomás Aguilar; en 1790 se vende a Manuela Josefa Ibarra y a Antonio Ibarra; en 1831, al General Luis Cortazar; en 1834, a José María Sisto y a Guadalupe Sisto; en 1958 aparece Don Camerino Suárez,a quien atribuyen otra  remodelación y el cambio de mesón a hotel. Hoy, está en desuso y en venta.

 

HISTORIA REGISTRAL DEL INMUEBLE

Patio principal de «El Mesón de Guadalupe».

En 2017, se halló un archivo registral de las escrituras del Mesón de Guadalupe, forrado en piel, en cuya portada se lee: «Escrituras del Mesón de nuestra Señora de Guadalupe, situado en la Plaza Principal de Celaya, vendido al excelentísimo señor general Don Luis de Cortazar, año de 1831».

Lic. Estefanía Juárez.

De acuerdo a investigación realizada por la licenciada Estefanía Juárez, quien trabajó en la paleografía y transcripción de la escritura del citado mesón, en poder de un particular, se conocieron algunos de sus antecedentes: “en 1672, el capitán Miguel Merino de Arévalo e Hidalgo es quien se proclama como heredero de la propiedad, tras el fallecimiento de su madre, doña Bárbara Méndez Hidalgo. Posteriormente, casi un siglo después, en 1757, encontramos que doña Cattarina Mendes Hidalgo, reclama, como herencia de su abuelo, don Lucas de Aguilar, el Mesón de Guadalupe entre otras fincas. En 1772, surgen reclamos de la propiedad por los herederos de Francisco Robles Osorio y su esposa, doña Leonor de Espinosa, quedando en manos finalmente de Domingo de Robles, hijo legítimo de este matrimonio. Un año después, encontramos el título de propiedad de Joseph Tomás de Aguilar, quien adquiere la propiedad casi destruida, por lo que decidió reedificarla desde sus cimientos y hacer el portal de tres arcos al frente. (para lo cual se tuvo que pedir permiso al virrey).

Para el año de 1788 la finca, estando hipotecada, fue adquirida por Manuel Martínez de Alerón.

Se tiene certeza de que, a partir  del siglo XIX, las multas aplicadas a este edificio eran pagadas en beneficio del Hospital de Nuestra Señora de los Remedios, bajo custodia de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios; siendo entonces propietarios Manuela Josefa Ibarra y su hermano don Antonio Ybarra; sin embargo, pierden la propiedad debido a su estatus de hipoteca, y pasa a ser propiedad de don Joaquín de Aguilar, quien a su vez, vende la finca a don Ignacio Sixtos. Luego de esta situación, son sus herederos quienes entran en conflictos legales, por lo que se vuelve necesario rematar la propiedad, siendo adquirida entonces por el general Cortazar, ex gobernador de Guanajuato; en esta etapa se anexa una descripción del inmueble: el número de cuartos, las dimensiones de la caballeriza y del patio principal, así como los materiales con los que fue edificado. Está también la solicitud que se le hace al Virrey para poder construir el pórtico, que actualmente forma parte del Portal de Guadalupe.

MONUMENTO HISTÓRICO, CATALOGADO POR EL INAH

Mesón de Guadalupe en 1957, ya como Hotel Guadalupe.

El edificio es un “Monumento Histórico” catalogado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), como parte del conjunto arquitectónico “Portal Guadalupe”, (inscrito en el Catálogo Nacional de Monumentos Históricos Inmuebles), de acuerdo a la ficha técnica, donde agrega: “se sabe que mientras mantenía su uso como mesón, parte de las ganancias se destinaban a apoyar al convento de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, que se encontraba antiguamente en la hoy calle de Pípila”.
Del mesón, además de su fachada, sólo se conserva, en el Museo de Historia Regional de Celaya, una imagen de la Virgen de Guadalupe, que estuvo mucho tiempo en ese lugar.
Cita, además que hay una placa de mármol localizada en el costado poniente de la fachada interior, que conmemora la estancia en el mesón del cura Miguel Hidalgo y Costilla, quien, tras tomar la plaza, fue nombrado Capitán General del Ejército Insurgente y desde uno de los balcones del edificio convocó a la población celayense a unirse a la lucha por la independencia.

LEYENDA URBANA

Patio del Mesón de Guadalupe.

La pintura que por muchos años estuvo en el Mesón y Hotel Guadalupe, propició la leyenda urbana de que el Cura Don Miguel Hidalgo había dejado ahí el estandarte que tomó del templo de Atotonilco, la cual fue entregada al municipio en la administración del Ing. Javier Mendoza Márquez, según el licenciado Carlos Torres Ponce, quien fue administrador del hotel después de su papá.
Otra versión indica que el verdadero estandarte, que Don Miguel Hidalgo tomó en Atotonilco, se encuentra en el Museo del Castillo de Chapultepec, el cual fue recuperado por el Presidente Don Porfirio Díaz, pero nada oficial, según comenta Soldara Luna.

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