De las hojas nuevas, de la esperanza…
JOSE CARLOS GUERRA AGUILERA.
“¿Qué es lo que hace que a pesar de todo, del dolor, de la violencia, de este miserable mundo en que parecemos vivir, nadie, nunca, haya podido destruir esa pequeña planta,
(léase: la esperanza) que siempre brota hojas nuevas, que nace con sólo un rayo de sol, (…)?”hhttp
//www.es.catholic.net/op/vercapitulo/1145/las-hojas-nuevas.html
1.- Leo, releo y parafraseo: Qué es lo que hace que, a pesar de todo, del dolor, de la violencia, de este mundo en que parecemos vivir, nadie, nunca, haya podido destruir esa pequeña planta de la esperanza, que siempre brota hojas de esperanza, que nacen con sólo un rayo de sol …
2.- Me emocionó ver este 27 de Marzo, éste viernes de esta larga semana pasada, al señor Jorge Bergoglio (en verdad Señor) quien es el Papa, cargando muchos dolores, solitario, en la gran plaza romana de San Pedro, en la Roma increíble de hoy y de ayer y de mañana, indicando: “Densas tinieblas han cubierto nuestras plazas, calles y ciudades; se fueron adueñando de nuestras vidas llenando todo de un silencio que ensordece y un vacío desolador que paraliza todo a su paso: se palpita en el aire, se siente en los gestos, lo dicen las miradas”. “(…) Nos dimos cuenta de que estábamos en la misma barca, todos frágiles y desorientados; pero, al mismo tiempo, importantes y necesarios, todos llamados a remar juntos, todos necesitados de confortarnos mutuamente. En esta barca, estamos todos.”
3.- Recordé de don Jorge Bergoglio, su bellísima Carta Encíclica Laudatus est, del 24 de mayo de 2015. En donde advirtió a muchos, a todos, no destruir la “casa común”, termino certero, que es este planeta, que tanto maltratamos.
4.- Recordé también parte del Salmo 8, que en la Biblia de la Reina Valera indica: “¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, Y el hijo del hombre, que lo visites? Pues le has hecho poco menor que los ángeles, Y coronástelo de gloria y de lustre. Hicístelo enseñorear de las obras de tus manos; Todo lo pusiste debajo de sus pies:” Y que en la Biblia de Jerusalén, se indica: «¿Qué es el hombre para que de él te acuerdes, el hijo de Adán para que de él te cuides?»
«Apenas inferior a un Dios le hiciste, coronándole de gloria y de esplendor; le hiciste señor de las obras de tus manos, todo fue puesto por ti bajo sus pies:»
5.- Me llamó mucho la atención lo expresado por Don Jorge dramáticamente: “La tempestad desenmascara nuestra vulnerabilidad y deja al descubierto esas falsas y superfluas seguridades con las que habíamos construido nuestras agendas, nuestros proyectos, rutinas y prioridades. Nos muestra cómo habíamos dejado dormido y abandonado lo que alimenta, sostiene y da fuerza a nuestra vida y a nuestra comunidad”. (…) “Con la tempestad, se cayó́ el maquillaje de esos estereotipos con los que disfrazábamos nuestros egos siempre pretenciosos de querer aparentar; y dejó al descubierto, una vez más, esa (bendita) pertenencia común de la que no podemos ni queremos evadirnos; esa pertenencia de hermanos”.
6.- Bien dijo, y agrego, en estos tiempos, “nadie se salva solo”, “hay que hospedar la esperanza” y agrego que nace con sólo un rayo de sol, que ilumina nuestras vidas…y dejar que esa esperanza sea ella quien fortalezca y sostenga todas las medidas y caminos posibles que nos ayuden a cuidarnos.
7.- Hace mucho leí y aprendí “Roguemos que la raza humana nunca escape de la Tierra y esparza su iniquidad por todas partes”. Frase terrible y contemporánea de C. S. Lewis, que encontré en el bellísimo libro “La Cabaña” (pág.113) de Wm. Paul Young.
8.- Estaremos en un nuevo horizonte. Apuesto a la solidaridad humana, a su bella creatividad, al reencuentro con su casa, con los nuestros, con sus valores arrinconados; apuesto siempre a las hojas nuevas.