“Las Brujas del Maíz”, cuentos de realismo mágico
*La edición del libro se terminó en marzo de este año; la pandemia retrasó su presentación, pero esperan hacerlo en la primera ocasión que la emergencia lo permita
POR AGP
Celaya, Gto. (28 de agosto de 2020).- La pandemia detuvo la presentación del libro “Las Brujas del Maíz”, Cuentos de brujas indígenas y coloniales, de Paola Klug, editado en marzo de este año, por el gobierno municipal de Celaya. Mientras hay oportunidad de cumplir con ese protocolo, Paola persiste en terminar una de las tres novelas que tiene en proceso, además de no detener su carrera diaria de sentarse a escribir, por lo menos, dos horas diarias.
Vive en Celaya desde hace unos once años. Dice que el amor la atrapó y se vino de la ciudad de México, donde trabaja en la biblioteca del Politécnico, ahí la encontró, metida en los libros, el celayense que la regresó a la provincia, porque ella nació en Tecolutla, una la población costera de Veracruz, que los prehispánicos Totonacas llamaban Tecolotlán, lugar de Tecolotes y Búhos, que algo nos dicen de brujas.
Paola Klug tuvo la fortuna, por su familia, de acercarse a los libros, desde pequeña leía los cuentos clásicos, pero no le gustaba el final, ella los cambiaba; así fue como empezó a escribir, viviendo en medio de costumbres y tradiciones populares ancestrales, que la acercaron a la brujas, pero no a las brujas conceptuadas como malignas, sino a un mundo mágico, como una fuerza que utiliza la mujer para enfrentar su realidad y su destino, que ella describe como Realismo Mágico.
Después de Tecolutla vivió en la ciudad de México, donde estudió la preparatoria, sin haberla concluido por atender a su madre, que estaba enferma, fue como entró a trabajar a la biblioteca del Politécnico, rodeada de libros; siempre con la inquietud de escribir, circunstancia que la acercó a personas y círculos, con quienes y donde compartían el mismo interés, de ahí que ella misma se define como una escritora autodidacta.
SU OBRA LA EMPEZÓ A REALIZAR AL LLEGAR A CELAYA
Durante los once años que lleva radicando en Celaya le han permitido dedicarle más tiempo a escribir, generando seis libros de cuentos, ya publicados, más este libro llamado “Las Brujas de Maíz”, que es una recopilación de cuentos de sus seis libros anteriores, principalmente de “Cuentos Tejidos”, su obra más preferida hasta el momento.
Actualmente está escribiendo tres novelas con la misma temática, una de las tres tiene que salir primero, aunque posiblemente “María Muerte” o “Cartas a Fritz”, sea la que defina el inicio de esta nueva etapa. La trama empieza con el hallazgo de una carta de amor en un libro; a través de ella, el personaje que la encuentra descubre, a través de su contenido, una historia de amor que le llama poderosamente la atención y se dedica a investigar quiénes son los personajes, descubriendo más cartas en el camino del desenlace.
EDITA SUS LIBROS DE MANERA ARTESANAL
Todos sus libros, excepto, éste “Las Brujas del Maíz”, están editados de manera artesanal, armado y cosido a mano,con una portada elaborada en serigrafía. Otra de sus obras es El Decálogo de las Brujas.
De otra de sus obras: “Relatos de Las Brujas Morenas”, es este fragmento:
“Las Brujas Morenas habitamos en todos lados, en los cuatro rumbos, en tierra y mar. Largos y firmes son nuestros pasos, grandes son nuestros sueños, de sal y arena nuestras lágrimas. Tantas historias por contar y sólo una vida para hacerlo…”
De “Los Hijos del Maíz”, Dicen que soy mestiza:
“Dicen que soy mestiza porque en mí convergen dos caminos distintos, historias entrelazadas de muerte y destrucción. Soy el resultado de la violación y del sometimiento. Engendrada en el vientre de la culpa que clama venganza, que clama justicia.
Dicen que soy mestiza porque mi piel es más clara que el cacao y más oscura que la leche amarga. Porque tras el café de mis ojos se esconde el color de la hierba que muere en otoño. Pero mi mirada es antigua como el valle en el que crece.
Dicen que no pertenezco a ningún lado, que soy mitad caballo y mitad lobo. Porque mis labios hablan una lengua distinta a la que habla mi corazón.
¿Y qué saben ellos del canto de mi sangre que arde? ¿Qué saben de los recuerdos que trenzan junto a mis cabellos las manos morenas de mi abuela venado?
Mi voz es chinanteca y mi puño es Yoreme.
He vaciado a Berlín a Castilla y a la cruz de mis entrañas.
Soy el guaje, la piedra dentro del capullo de mariposa recogida en el monte, las grietas en los pies del anciano de Pascola.
Soy el comal en el que el fuego cuece al olote, soy la hoja del árbol padre en el cerro relámpago, un hilo en el bordado, soy los dos espíritus.
-Dicen que soy mestiza los que de mí no saben nada-”.
Autora Paola Klug.
TRENZARÉ MI TRENZA
Uno de sus relatos más comentados, por su fuerza expresiva y su contenido afectivo es: “Trenzaré mi trenza”. búsquelo en:
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