Los jóvenes tienen esperanza

Los jóvenes tienen esperanza

Por Juan Miguel Ramírez Sánchez

La vida política en Guanajuato está marcada por la simulación y el autoritarismo, que se refleja en las actividades económicas, políticas y sociales, por lo que es necesario, permanentemente, defender y promover los derechos humanos, la libertad, la democracia, la justicia, la entrega de cuentas claras, la seguridad y la dignidad.
Las y los jóvenes constituyen la mayor parte de la población de nuestro estado y se encuentran sin oportunidades de estudio o de trabajo, están excluidos de opciones de educación, deporte, cultura, recreación, salud y de la esperanza de cumplir con sus aspiraciones y derechos.
En un proceso, a los jóvenes guanajuatenses se les uniforma, precariza y masifica, primero desde niños, después en la adolescencia y luego como jóvenes. La falta de oportunidades, de poder estudiar hasta concluir una carrera, de conseguir un empleo bien remunerado, de vivir en lugares sin agua, drenaje, pavimentación, o hacinados, todo combinado, a la mayoría de los jóvenes les impide tener un futuro. En muchos casos por su contexto social son obligados a salir a la calle a contribuir a la descomposición social.
A lo anterior se le sumo la pandemia, que genero más precariedad, y sus secuelas económicas y sociales aún persisten y se prolongan. A muchos de estos jóvenes, estas condiciones los ha hecho víctimas de marginación, de delincuentes, de abusos policiacos, orillándolos a que terminen desaparecidos o reclutados o asesinados a cusa de la acción de grupos delictivos.
La violencia campea por todo Guanajuato. Día a día se incrementan los robos y homicidios. Somos una de las sociedades más violentas de la República mexicana, y por desfortuna los jóvenes están presentes en estos hechos delictivos.
Es indispensable apoyar a las y los jóvenes en todos los municipios del Estado, para que se incorporen verdaderamente a la igualdad de oportunidades y equidad. Por ello necesitamos estimular la regeneración del tejido social a partir de reconstruir la solidaridad, la comunicación, la unión y la ayuda mutua. Las y los jóvenes no deben perder la esperanza.
Es posible y lo será cuando los presidentes municipales y el gobernador del estado, verdaderamente fomenten en los jóvenes la cultura del emprendedurismo y el autoempleo.
Se consoliden sus opciones abriendo espacios comunitarios para que realmente tengan acceso a una educación integrar, un empleo bien remunerado, salud digna, arte y cultura, capacitación continua, y promover que se respeten todos sus derechos incluyendo sus preferencias sexuales y sus opciones reproductivas.
Se tiene que recuperar los espacios deportivos y culturales que se encuentran inhabilitados y en mal estado, y crear otros, donde la población juvenil y la comunidad en general puedan desarrollar actividades deportivas, recreativas, culturales, educativas y formativas. Se tiene que privilegiar la infraestructura deportiva y recreativa en los municipios. Se tienen que hacer muchos cambios, solo se necesita voluntad política, esa voluntad que hoy no se tiene.
Para los jóvenes si hay esperanza.

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