PROSPECTIVA: Estarán deprimidos..?

PROSPECTIVA: Estarán deprimidos..?

José Gerardo Mosqueda

Es probable que si estuvieran mejor enterados también estarían en riesgo de estar deprimidos, al menos en algún porcentaje significativo… Me refiero a la población de jóvenes de nuestro país y los escenarios políticos que tendremos durante el curso del año que queda para las elecciones del 2024.
Intentaré varias entregas sobre este tema que para un servidor tiene un altísimo significado en la visión del México que estamos construyendo para generaciones de jóvenes que hoy buscan áreas de oportunidad, espacios para darle sentido a sus proyectos y desde luego que no me refiero solo a los temas de participación política, que por supuesto, son de una trascendencia histórica.
En una conferencia ante universitarios, maestros y alumnos me hicieron la propuesta de escribir sobre estos temas, en especial por los cambios profundos que se dan entre los jóvenes después de una pandemia que nos ha cambiado hábitos, costumbres, visiones, afectos.. en realidad nos ha cambiado como seres humanos, sin duda una crisis sanitaria global que fue atendida por las autoridades de las respectivas naciones con visiones y criterios tan contrastables entre sí que al comparar entre ellas pareciera que se trató de crisis sanitarias diferentes.. Es verdad que las estadísticas y la interpretación de las mismas pudieron llevarnos a conclusiones que no estaban en los escenarios de los analistas que proponen estrategias a mediano y largo plazo.
No hay manera de equivocarse si partimos de comparar datos de los fenómenos que trajo consigo la pandemia, el número de defunciones por causa de los contagios, tuvo tantas etapas como cepas fueron identificándose en todas las naciones del mundo.
La crisis sanitaria nos llevó a replantear la capacidad instalada para atención de la sociedad en cada país y también a darnos cuenta qué hay autoridades que no estuvieron a la altura de las necesidades de una sociedad afectada por la cantidad de contagiados, por los temores, especialmente por la ansiedad que se filtró en todas las sociedades, de todas las culturas, de todos los estratos socioeconómicos.
Las autoridades mexicanas siempre estuvieron fuera de contexto, minimizaron los daños por la pandemia, invitaron a la sociedad a que hiciera todo lo que no se recomendaba por autoridades epidemiológicas y la sociedad ha soportado; se ha declarado terminada la pandemia pero quedan las secuelas, muchas de las cuales han generado nuevas casos para investigación médica.
Uno de los factores comunes entre las secuelas que se estudian en laboratorios y por equipos de investigación en muchas partes del mundo tiene que ver con síntomas relacionados con depresión y llega a ser de un alcance impresionante.. No es fácil concluir que un incremento en la tasa de suicidios tenga una correlación directa con la pandemia , el hecho es que se presenta un incremento, también sucede con otras conductas de tendencia antisocial que llaman la atención y que forman parte de un entorno de preocupación para especialistas en conducta humana.
Jóvenes contagiados tuvieron mejor equipo biológico para responder a los ataques del COVID, comparados con el resto de las edades, aún así los jóvenes con otras enfermedades que los hacían vulnerables perdieron la vida.
Sigue pendiente de estudiarse el grado de afectación en los niños y jóvenes en edad escolar, en cuanto al aprovechamiento de su formación escolar, miles de jóvenes nunca tuvieron oportunidad de retomar el aprendizaje simplemente porque no tuvieron acceso a internet, inclusive a telefonía.. no estuvieron conectados nunca y perdieron toda posibilidad de seguir de forma autodidacta.
La inmadurez y mediocridad de las autoridades sanitarias mexicanas podrían ser materia de juicios y discusiones legales casi interminables, no obstante, la afectación en los jóvenes no disminuirá si se llega a la razón jurídica, hace falta atención terapéutica, un esfuerzo especial en modificar los entornos sociales donde ellos conviven, quizá una fuerte gestión institucional para la salud emocional tanto en los centros educativos como en los centros laborales y desde luego un reencuentro con la formación en valores humanos que permitan gestiones de relación humana en un marco de respeto a sus libertades de expresión, de creencias, de acción en la sociedad, de creación artística, de conocimiento científico, simplemente de ser.
Importante reto el que tenemos en la sociedad, todas las generaciones pero sobre todo quienes ejercen la trascendente tarea de educar, sean padres, maestros, tutores, orientadores, directores espirituales, las estrategias de salud emocional también pasan por la gestión de políticas públicas que con recursos presupuestales faciliten la generación de procesos de cambio en los entornos juveniles.
No me interesa hablar de una sociedad de jóvenes enfermos, espero llamar la atención de quienes están interesados en colocar el tema de las nuevas generaciones entre las prioridades estratégicas para el futuro de una nación que tiene todo para ofrecer un horizonte de posibilidades de desarrollo, de dominio de nuevas materias de competitividad en los negocios, en la creatividad empresarial, en el uso de las herramientas del conocimiento y del gran reto de dominar el poder impresionante de la inteligencia artificial para ser parte de las soluciones que requieren los problemas del mundo moderno.
Los jóvenes después de la pandemia tienen ante sí un universo de posibilidades para su desarrollo y requieren infraestructura, conocimientos, actitudes competitivas, ganas de proponer alternativas de visión de futuro, por ahora tienen también una estructura burocrática que se ha rezagado exponencialmente y que desde la visión autócrata del actual gobierno no parece que los jóvenes puedan aspirar a formar parte de las soluciones que se requieren en un mundo globalizado y competitivo. El actual gobierno solo llega a la idea de repartir un poco de dinero para algunos de los jóvenes, para algunas de las zonas del país y como “placebo” que sirva para derivar los problemas y las necesidades para otro momento..
El actual gobierno fue un pésimo gestor sanitario ante la pandemia pero lo sigue siendo en la atención de salud institucional, ha desmembrado el servicio de salud, está destrozado el servicio de atención médica, hospitalaria y cero gestión en la prevención.
Entre los agentes sanitarios hay manera de generar espacios de reflexión para recomponer una estrategia de salud que comprenda la necesidad de estrategias sanitarias en los jóvenes, especialmente los que requieren asumir hábitos sanos; aceptaría que me hiciera el reclamo en el sentido de que todos los ciudadanos requieren de esta gestión y acepto, de antemano, que tiene la razón.. me refiero a donde podría empezar un cambio de estrategia en la materia que nos ocupa y ante el desastre que ha gestionado la actual administración del poder ejecutivo.
En el año que queda por transcurrir para las elecciones del 2024 las estrategias de salud pondrían ser de particular interés para estos segmentos de la población y generar interés activo que convoque a los mismos jóvenes a expresar su punto de vista ante un desastre que más pronto que tarde les tocará gestionar. Así es la vida.

Hasta la próxima PROSPECTIVA.


José Gerardo Mosqueda Martínez,
Presidente del Instituto de Administración Pública de Guanajuato
gmg@gerardomosqueda.com.mx

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