¿REVOCACIÓN SALVA LA PATRIA?
G. C. Samayoa Madrigal
El presidente Andrés M. López O. definitivamente subestima al pueblo si considera que lo tiene dominado y sometido a sus caprichos, ocurrencias, odios, venganzas, ambiciones, aspiraciones y transformaciones, basando esta confianza en los 30 millones de votos que le permitieron asumir la primera magistratura del país.
Tal parece que López y los políticos en general se niegan a dar crédito al creciente poder ciudadano que está inmerso en la salvación de la patria y claramente exhibió esta misión a partir del 1o de julio de 2018.
Efectiva y objetivamente esos 30 millones de votos tuvieron el propósito de liquidar a los «malos conocidos» y dar la oportunidad al «bueno por conocer».
Los primeros por décadas demostraron incapacidad de gobernar, deshonestidad, corrupción, impunidad, prepotencia, injusticia, inequidad, entre muchos males que hartaron a la población, la que impotente veía de picada el país.
La ciudadanía concedió la confianza a quien fue severo crítico de esas desacertadas administraciones y que prometía la transformación que corrigiera el rumbo de México hacia su salvación.
Ese 1o de julio el pueblo confirmó el valor del sufragio y la fuerza de su soberanía. Es el que manda así como el que observa y juzga el comportamiento de las autoridades de los tres poderes —ejecutivo, legislativo y judicial— y de las tres instancias —municipal, estatal y federal— erigiéndose en la principal contraloría social, imparcial, objetiva y estricta.
El pueblo volvió a ser engañado, no hubo cambios y menos transformaciones… es más de lo mismo, la mafia del poder continúa con los mismos dinosaurios perversos, empezando por el líder moral, la gran decepción para la mayoría de esos treinta millones de sufragantes que han decidido permanecer en la lucha por salvar al país, aspiración de varios millones de mexicanos más.
Lo han demostrado en dos ocasiones.
En las elecciones del 6 de junio de 2021, pues no obstante la peligrosa y violenta intervención del narco para favorecer a la mal llamada cuarta transformación, el voto popular efectivo impidió la aspiración del falso mesías y logró poner equilibrio en la Diputación Federal, con el convencimiento de que el legislativo no debe someterse al ejecutivo, pues son poderes iguales.
Luego, la ridícula, carísima y absurda consulta popular que, mediante pregunta extraña y confusa, sometía a consideración del pueblo —explicaba el falso mesías— juzgar a expresidentes… No salió como lo deseaba el líder moral, muy por debajo de sus aspiraciones y propósitos de su «proyecto político».
No obstante tal demostración de la fuerza ciudadana, y a que cada vez se debilita más el poder del inquilino de Palacio Nacional quien desde entonces permanentemente aparece malhumorado, ahora reta al pueblo con el proceso revocatorio, pecando de vanidoso y confiado en la ratificación del mandato.
El pueblo está decepcionado del «bueno por conocer», la sociedad está sufriendo las consecuencias de «más de lo mismo» y la fuerza ciudadana está empeñada en salvar al país, así sea necesario revocar el mandato en el 2022.
¡Ese es el reto!
30 millones de votos lo encumbraron… ¿30 millones o más mexicanos interrumpirán un gobierno a todas luces fallido?
El destino del país, hoy, está dependiendo del poder ciudadano.
