//PROSPECTIVA:// Jóvenes mexicanos, constructores de PAZ
José Gerardo Mosqueda Martínez
¿Estará dispuesto el gobierno mexicano a escucharlos? No le están pidiendo empleo, tampoco que mejoren las condiciones de las escuelas del país, tampoco las instituciones de salud, parece que de todas esas necesidades ya cedieron y en espera de los relevos gubernamentales para retomar proyectos, estrategias, acuerdos que les den a las nuevas generaciones de mexicanos una nueva esperanza porque la de los gobiernos actuales en el país, de los tres órdenes, ya se agotó.
Para lo que queda de este sexenio ya no hay quien crea que los sistemas de salud tengan posibilidades de mejora, la infraestructura educativa no tendrá posibilidades de mejorar con recursos que provengan de los impuestos de los mexicanos, el dinero del erario está enfocado a los gastos que representan los programas de atención a los “segmentos estratégicos” de los pobres de nuestro país porque son la reserva social en la que esperar resolver la promoción del voto que les garantice continuar en el negocio, está enfocado a las obras caprichosas del autócrata que despacha en el Palacio Nacional, a seguir pagando los intereses de la deuda de las empresas del gobierno y al desvío de recursos para darle a las campañas que cínicamente hacen los precandidatos del MORENA por todo el país.
Es decir, para estimular la creatividad y fomentar la creación de nuevas empresas ; no hay dinero, ni interés del gobierno por promoverlo; para generar oportunidades a los jóvenes con inquietudes de creación de empresas, de generación de nuevos empleos, de estimular a los creativos que hacen investigación aplicada para resolver problemas urgentes que demandan talento y desarrollo tecnológico… nada, para nada de lo antes dicho… este gobierno no entiende, ni quiere entender de desarrollo, de inversión productiva, de promoción de la investigación en cualquier de sus expresiones, sólo están enfocados a resolver sus conflictos, derivados de las luchas internas al MORENA por los espacios de poder gubernamental, la posibilidad de negocios no supervisados por contralores y volver a ganar las elecciones para seguir con esos negocios.
Tampoco les queda tiempo a las actuales administraciones para ver en la perspectiva del crecimiento económico del país; aunque en realidad tampoco parecen estar preocupados por esas realidades. Cohabitan las visiones de una sociedad que busca como arreglárselas sin considerar la participación gubernamental y cuidándose de que el gobierno no alcance a meter a la agenda del desastre lo que, hasta hoy, se ha podido mantener al margen de gobiernos indolentes, corruptos y enloquecidos por el poder.
¿Será mucho pedir? En realidad, es la exigencia de toda la sociedad, en todos los estratos sociales, en todas las zonas del país, de todas las edades, pero que miles de jóvenes hagan una manifestación nacional, ordenada, organizada, con un programa a seguir para decirle a las autoridades del país: ya basta; QUEREMOS PAZ.
Desde la montaña donde se encuentra el Santuario de Cristo Rey de la Paz en la celebración de la misa, el mensaje de los jóvenes a la nación mexicana es seamos constructores de la Paz en nuestra nación.
Ante la realidad de vivir en el sexenio con mayor cantidad de crímenes dolosos en un siglo y la conciencia del riesgo que viven a diario, un movimiento de miles de jóvenes enfocados en un solo concepto que los reúne y levantan la voz: queremos un país en paz.
No es la primera vez, no es ocasional, no resultó de una ocurrencia. se ve que trabajaron en organizar su peregrinación de jóvenes mexicanos de todas las zonas del país que retomaron su evento, como cada año, interrumpido por las precauciones que implicó la pandemia y mientras tanto sus eventos fueron de manera virtual. ahora presencial y virtual comunicando a la nación mexicana su deseo de participar como sociedad civil en la construcción de estructuras de paz.
Mientras la voz del poder ejecutivo invierte decenas de horas en mensajes de odio desde la tribuna del Palacio Nacional; los jóvenes sin los recursos a su alcance, con idealismo y en algunos casos desesperación; se reúnen para hacer la voz más fuerte y convocan a ser constructores de la PAZ.
Los jóvenes proponen organizarse desde sus ámbitos escolares, sus barrios y colonias, sus centros de trabajo para compartir con los compañeros, los vecinos, los colegas la idea de una sociedad unida, que se ayuda a crecer, a enfrentar sus dificultades no a confrontar a otros como culpables diciendo no a los mensajes de odio, de frustrado, de confundido, de necio, que todos los días salen de los micrófonos de Palacio Nacional.
Los miles de jóvenes que se reunieron este fin de semana a refrendar su compromiso de ser constructores de Paz podrían ser un adelanto de la respuesta que tendrá el sexenio del desastre.
Dejarán para el anecdotario los miles de horas de contenidos para la distracción, financiados con recursos que proviene de los impuestos que pagan los mexicanos en una agenda de polarización que cada vez tiene menos efecto; así como sus sesiones matutinas de todos los días son cada vez menos atendidas por la sociedad mexicana.
Constructores de la Paz.
Bienvenidos.
Hasta la próxima en PROSPECTIVA.
José Gerardo Mosqueda Martínez,
Presidente del Instituto de Administración Pública de Guanajuato
gmg@gerardomosqueda.com.mx