PROSPECTIVA: ¡No están deprimidos!
José Gerardo Mosqueda Martínez
Le comenté estimado lector que la idea de estas entregas tiene que ver con enfocarnos a uno de los temas de la mayor importancia para los procesos electorales del próximo año, para todos los actores políticos, para quienes quieren ver estos temas con metodologías sociológicas, psicológicas y por supuesto políticas, ahora también en la perspectiva de las tecnologías de comunicación, redes e inteligencia artificial.
Me refiero al segmento poblacional que ha dejado pendiente la idea de que en las democracias las decisiones de los ciudadanos cuentan y pueden definir el futuro de un país, entre la edad legal para votar y los treinta años se encuentra el mayor número de ciudadanos que han mostrado todo su desinterés en el momento de las definiciones democráticas del país, es probable que ocasionalmente se interesen en oír los mensajes de algún candidato y con unos cuantos segundos de escucha llegar a la conclusión de que el tema no les interesa.
Pero la aritmética aplicada a las elecciones de un país funciona como funciona en cualquier fenómeno físico o químico que se quiera definir.
Si un ciudadano en condiciones legales de ejercer su voto; no lo hace, declina en automático, en favor de los que, si quieren ejercer su decisión de votar, estén de acuerdo o no lo estén, hayan confrontado o no sus puntos de vista, inclusive si tienen un punto de vista. Simplemente se cuentan los votos y gana quien tenga más votos a su favor.
Desde luego que vienen combinaciones derivadas del proceso, que, estando contempladas en la ley, puede ser que no sean del agrado de los ciudadanos en general, pero, la respuesta es la misma: si no ejerces tu derecho a votar es inoportuno tener un reclamo ciudadano, es perder el tiempo, aunque sirva de catarsis.
Es un tema de la mayor importancia y vitalidad para una nación que todos los días incrementa los indicadores de inseguridad, es el sexenio de más muertes en el México contemporáneo, cuando más personal de seguridad “se pasea” por el país. policías, guardias, soldados… más se incrementa el número de muertos a diario. Los delincuentes pueden bloquear carreteras, extorsionar a los dueños de los negocios, tomar las decisiones territoriales en las ciudades… “porque son los dueños del territorio” y solo ellos pueden decidir quién delinque ahí. Hasta es probable que del mismo segmento de edad estén reclutando activos que hagan la labor de sicarios y formen parte de sus organizaciones.
El tema es analizar la trascendencia que tiene para el futuro de la nación LA PARTICIPACIÓN DE LOS JÓVENES EN LOS PROCESOS ELECTORALES y convencernos que en una sociedad que ha cultivado la participación en las decisiones de la comunidad normalmente tiene visión para proponer los cambios que la nación necesita y desde luego, trabajar en ellos, especialmente si son de la generación de beneficiarios de esos cambios.
La apatía de los jóvenes por los temas políticos no es un mal generalizado sin embargo en el caso de nuestro país, parece que las autoridades hacen lo necesario para que no despierte el interés de los jóvenes por los temas políticos de la nación, el actual gobierno ha preferido, “gratificar” la no participación con un donativo que proviene de los impuestos de los mexicanos, de manera que si a la estrategia del partido en el poder, el MORENA, sólo le ha convenido la no participación. Ejemplo: en la elección del 2018, un treinta por ciento de los votos a favor del proyecto del presidente López fue suficiente para validar la polarización de la sociedad, el desmantelamiento del sistema de salud y la larga lista de atropellos que cada día agrega este gobierno… pero los jóvenes reciben sus recursos y por otro lado se redujo a cero los estímulos fiscales para emprendimiento, ampliación y desarrollo de nuevos negocios.
Estos mensajes no son en esencia contradictorios simplemente obedecen a una estrategia que deja en segundo plano la participación… pareciera que la estrategia consiste en estimular la no participación, el no compromiso, el desinterés por los temas de la vida pública.
Desde luego qué pare el tema estamos hablando de personas que cuentan con la mayoría de edad, los que están en instituciones de educativas como los que están en ora paganiza coinés productivas tiene la oportunidad de conocer de primera mano cómo se cultiva ese interés y para qué sirve, los que están en la situación de indefinición laboral y escolar probablemente tendrán mayor dificultad para asumir que representan una de las mayores preocupaciones para el resto de la sociedad pero que también son la parte sustantiva de la solución; no hay lugar a duda, una sociedad con una juventud interesada en los temas de la vida pública de su comunidad, de su región, de su país tiene un futuro promisorio. Surgirán soluciones y habrá actitud para enfrentar las dificultades que se presenten en sus proyectos de vida.
No es deseable omitir contenidos de diálogo con las generaciones de jóvenes que indefectiblemente tendrán que hacer frente a las dificultades que la complejidad de la sociedad les va presentando. Es decir, el tema es mucho más profundo que la sola elección de entre las opciones qué hay en una boleta; la participación es una cultura que se manifiesta en todas las tareas de la vida cotidiana y requiere interés y conocimiento de los temas que van marcando la vida de las sociedades.
Para las instituciones educativas del país es de vital importancia educar para contar con mejores personas y en específico contar con mejores ciudadanos, pero las instituciones productivas también tienen el mismo compromiso, sin duda que tiene otras prioridades, pero el fondo de la formación de ciudadanos es un bien al que todos debemos aspirar y estar en disposición de formar. Es probable que, si se forman mejores ciudadanos, podemos ser un mejor país.
La formación de valores humanos, de valores cívicos, de armonía en la convivencia humana no son negociables, es el escenario de formación de más y mejores ciudadanos y consiste en compartir una visión de nación donde se respete la dignidad de ser persona y se rechaza la convocatoria a la polarización y el enfrentamiento entre los mismos ciudadanos, cuando lo que más nos hace bien es sumar voluntades para generar mejores condiciones de vida para todos.
En principio es una estrategia de comunicación que anteponga el valor de ser persona y rechaza la manipulación donde se le trata de vender al ciudadano que se encuentra en función de la estrategia del gobierno en turno y opera una relación de “paternalismo” que luego emigra a fortalecer una gestión autócrata para quedar subordinado al gobierno en turno como si se depositara la voluntad de futuro en un gobierno que no ve, ni quiere ver, a la persona como objeto formal del bien común sino como instrumento político para justificar la posesión del poder.
Los jóvenes no están deprimidos, tal vez distraídos, distanciados de la conciencia de la importancia generacional que representan y su capacidad de ser portador de las soluciones que el mundo moderno demanda y que generalmente los políticos no logran definir porque sus prisas están relacionadas con tener el poder no precisamente gestionar el bien común.
En el proceso electoral del Edo. de México votó un poco menos del 50% de los integrantes del padrón, casi tres millones y medio para los opositores como para el partido oficial… el derroche de recursos que hizo el partido oficial para movilizar los votos que obtuvieron solo alcanzó para tener una diferencia de unos sesenta mil votos en total… solo un punto porcentual en la participación habría cambiado radicalmente la votación.
La lección es buena para una próxima elección.
Hasta la próxima en PROSPECTIVA.
José Gerardo Mosqueda Martínez,
Presidente del Instituto de Administración Pública de Guanajuato, gmg@gerardomosqueda.com.mx