//Prospectiva:// ENCUESTAS PARA TODO…
*…HASTA PARA SUSTITUIR LA DEMOCRACIA DE LOS PARTIDOS
José Gerardo Mosqueda Martínez
Es un fenómeno de nuestro tiempo que se quiere resolver con encuestas, lo que podría haberse resuelto con asambleas, con votación directa, con acuerdos entre los grupos políticos internos en cada partido, con negociaciones simplemente.
Las encuestas han pasado a ser el instrumento de decisión que sustituye la negociación interna, la capacidad de sumar voluntades y de consolidar estrategias que permitan hacer las mejores propuestas al universo de personas involucradas en esos procesos de decisión.
Desde luego que las metodologías para hacer encuestas ha logrado un nivel de perfeccionamiento, y por tanto de confianza en sus resultados, por lo tanto, parece la respuesta más contundente ante cualquier incertidumbre de opinión pública sobre temas políticos.
Para todo reto de vida democrática, la respuesta está en lo que dicen las encuestas y por supuesto la interpretación de sus autores, o bien de quienes se asumen ser conocedores de encuestas.
Para las elecciones 2024, las encuestas han resultado el instrumento, con mayúscula, más difícil para debatir por la sencilla razón de qué se usa como la herramienta con la que se sustituyó el acuerdo de voluntades, derivado de procesos de democracia interna en las organizaciones políticas del país.
Dicho de otro modo, se terminó en los órganos democráticos con los procesos de decisión y a cambio de estos una encuesta, las encuestas.
Pero las encuestas han adquirido nuevas dimensiones en el ejercicio de decidir dentro de las instituciones políticas, por ejemplo en el partido morena, aparentemente todo ha sido resuelto con encuestas, en el partido de acción nacional, tradicionalmente democrático, ninguna candidatura ha sido resuelta por una fórmula de participación democrática, sólo por poner un par de casos, no me refiero por tanto a los partidos que tienen dueño como movimiento ciudadano como el partido verde ecologista, como el partido de los trabajadores, todos estos no nacieron como propuestas democráticas, son simplemente negocios privados con recursos públicos.
Pero estamos a punto de ver un proceso democrático, ciudadano, libre, que se encuentra atrapado en los mensajes que se derivan de resultados de encuestas, independientemente de la veracidad de las mismas; el hecho es que el indicador sobre el cual se tiene puesta la mirada durante 24 horas es el de resultado de las encuestas.
Las encuestas son entonces una herramienta de posicionamiento, de estrategia electoral, de anticipación, política que se usa todos los días para mantener la expectativa de intención de voto, independientemente de que esta esté evolucionando con el proceso o no.
Las encuestas son una especie de fotografías sociológica del momento, por supuesto que dicha fotografía puede cambiar al día siguiente, el mismo día horas después y comunicarnos una realidad distinta a la que quisiéramos ver.
Si nosotros queremos conocer la intención de voto tanto como queremos conocer expectativa de votación en una sola encuesta, sólo tenemos que preguntarle al sujeto de investigación, es decir, al ciudadano que cumple con los requisitos de ser un sujeto de investigación y tiene interés en contestar la pregunta: ¿si hoy fuera la elección usted por quién votaría? y de la misma manera si hoy fuera la elección usted quien cree que va a ganar? Ambas preguntas se refieren a visiones distintas, pero que se complementan, en el primer caso yo por quien comprometería mi voto y en el segundo de acuerdo a mi percepción, yo quien creo que va a ganar, pero cuando yo he preguntado ya sea cara a cara o a través de algún medio electrónico o de una Red social, y lo que encuentro es un porcentaje muy alto, más del 50%, que omite la respuesta, ya sea negándose a contestar o simplemente desviando la atención sobre la pregunta, ese cuestionamiento corre el riesgo de perder importancia, corre el riesgo de consumir todo el porcentaje de margen de error y mucho más y reflejar una realidad que ya no tiene que ver con las preguntas directas, tiene que ver con un estado de ánimo y una negativa a contestar, por lo tanto, la encuesta no tiene elementos para interpretar debido a que lo sujetos que bien pueden cumplir con todos los requisitos, simplemente se niegan a contestar.
Esta es la realidad que predomina en las encuestas que se están realizando durante esta etapa del proceso electoral la atención de las preguntas, y resuelve no contestar. Desde luego que la empresa encuestadora requiere completar la muestra representativa, y por lo tanto sustituirá a los sujetos de investigación requeridos hasta que completen el número que se refiere al tamaño de la muestra, quedo pendiente resolver si están o no, en un criterio de distribución de la muestra de manera adecuada.
Las encuestas han sido el mejor argumento para designar un candidato y también para eliminar una candidatura, las encuestas. Hoy son las herramientas más poderosas para la decisión política dentro de un organismo político, y están siendo el mejor argumento para conformar propuestas políticas que tienen poco que ver con la realidad, y especialmente que dejan una visión confusa en el futuro de los procesos político electorales, sobre los cuales se finca una expectativa, una estrategia, una visión.
En este proceso político 2024, donde se tienen las expectativas de una reforma a la identidad del Estado mexicano, las encuestas son un instrumento insustituible para orientar la opinión de los mexicanos Y eventualmente manipular su punto de vista, y con ello justificar que los mexicanos quieren más de la cuarta transformación o están hartos de la cuarta transformación, por eso ha sido tan importante que en el caso de la candidata de morena haya diseñado una estrategia para explicarle a la opinión pública que todos los mexicanos quieren continuar con la cuarta transformación… y todos los días transmite el mensaje que pareciera simplemente ratificar que los mexicanos están contentos con el gobierno del presidente López.
Pero hay otros análisis respecto a los mismos números derivados de las encuestas, que siendo números consolidados salen del esquema de números por interpretación o derivados de un análisis no sólo de las encuestas, sino de los resultados de los procesos anteriores. Así es como vemos que en nuestro país en la elección del 2018 Votó una tercera parte por la propuesta de morena, una tercera parte, no acudió a votar, y una tercera parte votó en contra de la propuesta de morena, así es que los votos a los que se refiere el actual presidente representan en una tercera parte de la población votante.
En las elecciones del 2021, es decir las intermedias del sexenio está por minar la votación obtenida por las propuestas del partido oficial, tuvieron una drástica reducción no fueron 30 millones de votos en números redondos, fueron 21 millones de votos, independientemente de que sean muchos o pocos Con relación al proceso de continuidad de la propuesta oficialista, la intención de voto fue radicalmente menor a la del 2018, es decir, con más encuestas o menos encuestas la intención de voto del proceso electoral 2024 se decidirá por un porcentaje de ciudadanos que estará decidiendo su participación en el proceso, de manera espontánea, casi llegando a la fecha de la elección y pueden representar el equivalente a un 21% de la expectativa de votación, es decir, 21% de aproximadamente 70 millones de votos. Y aparte
Nada está dicho respecto al resultado final del proceso electoral, sólo conjeturas de estadística, inferencia que permiten alentar a los contendientes y hasta creer que tienen posibilidades de ganar. Creo que tienen posibilidades de ganar cualquiera de los contendientes que rebase el rango de 50% de intención de voto y que lo estaremos viendo en el transcurso de las próximas semanas.
Hasta la próxima en Prospectiva
José Gerardo Mosqueda Martínez, gmg@gerardomosqueda.com.mx