ANDRÉS… ¿Y LA OPINIÓN PÚBLICA?
Por G. C. Samayoa Madrigal
Las famosas mañaneras están resultando un escaparate que exhibe las reales ambiciones y debilidades personales del presidente, de lo que queda constancia el jueves 18 al agotársele los recursos retóricos —¡ya chole!— para defender lo que resulta más que indefendible, como es el caso concreto de Félix Salgado Macedonio, al que se le acusa de violador.
Evidentemente arrebatado y enredado en su maraña discursiva, puso de manifiesto la inquietud de dominar la opinión pública mediante el control de los medios de información, evocando a Alamán que en 1850 convocó el retorno de Santa Anna, a quien en aquel entonces le aseguraba:
“Véngase, porque nosotros manejamos la opinión pública, porque tenemos el control de los periódicos, de la capital y de los principales estados”.
Lamentó y apuntó —¿envidió?— el Presidente Andrés López O. (PALO): “regresó Santa Anna y hasta le aplaudieron todo el camino, de Veracruz hacia la Ciudad de México”. Más aun, refirió la muerte de Madero responsabilizando a la prensa que le “quemaba incienso a Porfirio Díaz”.
Comentarios presidenciales que explican —¿justifican?— su odio a los medios que no se someten a su criterio ni le “queman incienso”, como Reforma y El Universal, entre otros, circunstancia que reduce a la mañanera en tan sólo su particularísima oportunidad de “replica” —plagada de denuestos, insultos, descalificaciones, discriminaciones—, pero que de ninguna manera le es útil para manejar y menos dominar la opinión pública.
Riesgos de la sobreexposición.
¡Ah!.. y volviendo al caso de Félix Salgado, hubo dos recomendaciones del PALO: acudir al ministerio público o realizar encuestas (¿?).
Lo que no se debe olvidar es que la consigna presidencial desde el 1 de diciembre de 2018, y reiteradamente, es: nada ni nadie por encima o al margen de la ley… todo dentro del marco de derecho (no de chueco).
¡Qué tal!