DE UN DISCURSO DIFERENTE
JOSE CARLOS GUERRA AGUILERA
“(…)Los abrazos y los besos se transformaron
en armas peligrosas y la escasez
de productos nos demuestra
una vez más lo egoístas que somos.”
Richard Hendrick.
1.- No fue un discurso esperado el de ALMO en la ONU, de alguna manera me equivoqué. Fue un discurso diferente. La frase primera es interesante:
“No vengo a hablar de seguridad como sinónimo de poderío militar ni como argumento para el empleo de la fuerza contra nadie; en cambio, mi planteamiento se basa en lo que postuló ese titán de las libertades, según Pablo Neruda, que fue el presidente Franklin Delano Roosevelt, cuando se creó la Organización de las Naciones Unidas: el derecho a una vida libre de temores y miserias, que sigue siendo el más sólido fundamento de la seguridad para todas las sociedades y los Estados.”
2.- El planteamiento de esa primera idea parece inobjetable. Como otras afirmaciones: “(…) nunca antes en la historia del mundo se había acumulado tanta riqueza en tan pocas manos (…) a costa del sufrimiento de otras personas, privatizando lo que es de todos o lo que no debe tener dueño (….)” Ciertamente. Estamos en un mundo en donde las fronteras son cicatrices, en donde ellas son la muralla de otros. En donde los que transitan a pie, huyendo de sus países, en desamparo; quienes no tendrán reversa a sus destinos originales, llevan una vida demasiado funesta. No hay verdadera hermandad. Es absolutamente desconsolado todo esto.
3.- Richard Hendrick escribió: «Y de repente despertamos un día y todo cambió, en Disney se apagó la magia, la muralla china no era tan fuerte, ahora Nueva York sí duerme, y ningún camino quiere conducir a Roma. Un virus se corona como dueño del mundo y nos dimos cuenta de nuestra fragilidad….Los abrazos y los besos se transformaron en armas peligrosas y la escasez de productos nos demuestra una vez más lo egoístas que somos. Tan egoístas que decimos «no hay problema este virus solo se lleva a los viejitos», como si no tuviéramos a nuestros padres o como si no fuéramos a llegar nunca ahí. Queremos hacer valer nuestros «derechos» de decidir si dejar vivir o no a otro y ahora nos damos cuenta que no podemos ni decidir por la vida de nosotros. Un planeta que hoy se pone una máscara no solo para un virus sino para tapar nuestra vulnerabilidad mezclada con soberbia y se lava las manos para no reconocer nuestra responsabilidad tal como un Pilato.»
4.- El discurso de AMLO pareciera iluso, quimérico, idealista, pedir a los ricos que ayuden resulta un añejo pedimento a los sordos. Los hermanos que podemos ayudar y ayudamos algo, a veces muy poco, somos otros, no los de grandes capitales. Un discurso inobjetable en muchos temas, que pareciera más para buscar un liderazgo que no le corresponde. En fin. Estamos en un mundo desalmado.
5.- Ciertamente a raíz de la pandemia, los abrazos y los besos se transformaron en armas peligrosas y la escasez de productos nos demuestra una vez más lo egoístas que seguimos siendo; ciertamente nos queremos llamar Abel, cuando más bien somos, a veces, Caín.