//PROSPECTIVA:// Sería bueno un plan C

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José Gerardo Mosqueda Martínez, 

La marcha del 13 de noviembre ha tenido efectos demoledores entre los integrantes de la alianza Juntos hacemos historia, empezando por el dueño del MORENA y con un efecto demoledor en los aliados, PT y PVEM, la sola idea de presentar una iniciativa de reforma política-electoral ante el pleno de la cámara de diputados ha generado una crisis en el oficialismo que obligó a modificar las agendas.

Si se tratara solo de complacer al presidente López se habría obedecido y, por lo tanto, propuesto la iniciativa de reforma constitucional para la demolición del INE y la creación del INEC. Sabían que no tendría los votos para completar las dos terceras partes, pero vendría acompañada, la iniciativa, del plan B para presentar la iniciativa de reformas legales que le vinieran a enmendar la propuesta y con trucos normativos afectar al INE para dejarlo a modo de contar con un “árbitro electoral” que les facilitara los procesos, con tal de asegurar que no dejaran su agenda de transformación, como lo han pretendido desde hace cuatro años.

Pero no se pudo, para la reforma constitucional no hay de donde sacar aliados y completar las dos terceras partes de los votos en la cámara de diputados, entonces el diputado Mier, coordinador de los diputados del oficialismo salió a medios a declarar que no contaban con los votos y se estaba solicitando a la presidencia de la cámara que se reprogramara el debate y propuestas ante el pleno como estaba previsto. Vendría un plan B para presentarse ante el pleno el próximo martes… pero resulta que quienes tienen las objeciones del plan B son los aliados del MORENA, es decir, los partidos Verde ecologista y del trabajo.

En el contenido de la iniciativa los partidos aliados dejan de ser útiles al MORENA y en la práctica estarían en riesgo de perder sus registros como partidos políticos. Ahora las objeciones vienen desde dentro de la alianza, quizá ese martes 13 no llegue y lleven la discusión hasta el mes de abril, mientras tanto los del verde y PT están preparando iniciativas que modifiquen la versión del presidente López porque los deja fuera del proceso con MORENA y en la práctica con altísimo riesgo de perder el registro.

En lo que se ponen de acuerdo, es decir, logran arreglarse para mantener los privilegios de estar aliados y beneficiándose de la sobre representación con la que cuentan ahora, las voces de la alianza opositora siguen afónicas, quienes podrían estar lidereando la movilización contra el oficialismo siguen en una agenda de especulaciones para tratar de consolidar el bloque opositor para las elecciones del 23 y siguen sin saber cómo ponderar la importancia de las propuestas ciudadanas que cada día son más claras.

Al oficialismo ya le estorban los caprichos del presidente López, la izquierda del desastre pierde cada día influencia en la estrategia y las “corcholatas” siguen desatadas con los actos anticipados de campaña, violando la normatividad electoral.

La marcha ciudadana del 13 de nov. está resultando letal para el proyecto sucesorio del presidente y la marcha del autócrata, de 15 días después, está resultando la evidencia del conflicto interno del oficialismo.

Están aflorando las incompetencias del MORENA, lo que cada quien quiera entender que representa, para liderear estrategias internacionales, para alinear a los aliados, para ocultar la corrupción gubernamental, para atender lo más elemental de las necesidades de los ciudadanos, para evitar el desmantelamiento del sistema educativo… hasta para administrar los recursos de los programas de gasto social están resultando incompetentes y lo que no deja de crecer son las evidencias de corrupción en todos los ámbitos del gobierno federal.

La popularidad del presidente no mejoró después de la marcha de la venganza, todo el trabajo de acarreo ese domingo, las cinco horas de caminata para que lo vieran pasar y lo “tocarán” los seguidores no tuvo su correspondiente a la hora de escuchar su mensaje en el zócalo, ya no tenían ganas de oírlo y se fueron de la plancha, es decir, si siempre dice lo mismo, da igual si lo oyen hoy o cualquier otro día.

En el momento político que demanda de mayor demostración de coordinación y poder por parte del oficialismo para sincronizar acciones con los poderes y la capacidad de movilización, viene el desmoronamiento y el conflicto interno.

No habrá reforma política, ni electoral. Los aliados no quieren “poner el cuello en el tronco” y hasta van a proponer iniciativas en sentidos distintos al MORENA.

Así son las debilidades del autócrata.

Hasta la próxima en PROSPECTIVA.

 

José Gerardo Mosqueda Martínez, 

Presidente del Instituto de Administración Pública de Guanajuato 

gmg@gerardomosqueda.com.mx

 

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