UNA EFEMÉRIDES QUE CELAYA DEBE TENER PRESENTE
*El día en que se fundó la Villa de Nuestra Señora de la Concepción de Zalaya
POR AGP
Celaya, Gto.- (1 enero de 2024) El 1 de enero de 1571 se fundó la Villa de Nuestra Señora de la Concepción de Zalaya (Celaya) por disposición firmada por el virrey Martín Enríquez de Almanza, el 12 de octubre de 1570, “en una tierra arenisca, un poco alta, que está en término de Estancia del Río, en el Mezquital de Apaseo, perteneciente a Dn. Gaspar de Salvago, ubicada, en las inmediaciones de los ríos de San Miguel de Allende (Escuinapa) y de Apaseo (Pátzcuaro), ríos caudalosos, donde hay sabinos y otros árboles para la madera que se requerirá en la construcción de los edificios de gobierno, según cita el informe que rindió el Dr. Francisco de Sandi, capitán del Ejército de la nueva España, a quien el propio virrey había encomendado el estudio sobre el lugar y condiciones en que debía de fundarse la nueva villa que pedían los españoles, sin causar perjuicio a quienes ya tenían tierras asignadas por La Corona en ese lugar.
Así lo consignan los historiadores con autoridad, de manera especial Don Rafael Zamarroni Arroyo, quien desmitifica y precisa muchas de las narraciones y leyendas contadas por los que él menciona como historiógrafos que, movidos por la ignorancia u otros intereses, han tratado de contar una historia, alejadas de la realidad y de la documentación existente en los archivos (Archivo de Indias y Archivo General de la Nación, principalmente, a los que él acudió), mismas que han generado polémicas a lo largo de la historia, muchas de ellas aún no resueltas, en algunos casos por no contrariar algunas tradiciones o por falta de voluntad política.
De paso, conviene consignar la necesidad de que los historiadores celayenses, sin miedo a contrariar algunas tradiciones, personajes o sectores, independientemente de las tradiciones, consiguen una historia más apegada a la realidad con la documentación de que se dispone. Esto implica que la autoridad debe disponer de recursos para promover e impulsar investigaciones serias de toda la documentación de que se disponga en los acervos documentales, nacionales e internacionales. Puede ser que nada cambie conocer lo que realmente sucedió, cómo y por qué; pero sí puede avivar el amor a la tierra, valorar o evaluar y rescatar hechos, circunstancias y lugares que tuvieron relevancia a lo largo de la historia, para darles su justa dimensión, que en algunos casos pueden constituir el enfoque del desarrollo de la ciudad a futuro.
La fundación de Celaya tuvo como antecedentes, una incursión militar del virrey Martín Enríquez de Almanza a la zona norte de la capital, para combatir a las tribus belicosas de los chichimecas, que asaltaban en los incipientes caminos del centro de México a las Minas de Zacatecas y Guanajuato, principalmente. Los detalles de esa historia del transporte lo cuenta la historia.
El hecho consignado indica que, a su paso por el Mezquital de Apaseo, un grupo de estancieros españoles, ya con encomiendas en la región, pero dispersos, le propusieron al virrey la fundación de una villa, donde tuvieran protección para ellos, su familias y los viajeros que surtían de víveres a las zonas mineras y de regreso transportaban el material de las minas a la capital de Nueva España.
A su arribo a Guanajuato, el virrey trató el asunto de la villa que pedían los estancieros del Mezquital de Apaseo, junto con el Dr. Francisco de Sandi, capitán del Ejército de la nueva España, y el Alcalde Mayor del Real Guanajuato, Don Alfonso Martínez, la necesidad de crear tres villas a lo largo del camino real de Querétaro-Guadalajara, que sirvieran, a la vez, de fuertes contra las invasiones de los Chichimecas, encomendando de Don Francisco de Sandi, que dejó en San Miguel el Grande, con un grupo de militares españoles para apaciguar la zona, la encomienda de ver en qué lugar y bajo qué condiciones podía fundarse la villa que pedían los estancieros del Mezquital.
Rendido el informe, el Virrey firmó la autorización el 12 de octubre de 1570, el cual se ejecutó, no sin antes enfrentar la oposición de algunos españoles, que se negaron a asumir el compromiso de pago de las tierras a Gaspar de Salvago, el 1 de enero de 1571, con 31 fundadores: Domingo de Silva, Pedro Sánchez de Alcalá, Martín de Ortega, Francisco Arias, Juan Freire, Cristóbal Benitez, Miguel Muñoz, Juan Gallego, Miguel Juan de Santillán, Gonzalo Díaz, Pedro Hernández de los Reyes, Pedro González Peinado, Diego Pérez Lemus, Domingo Martín, Juan Francisco, Francisco de Aguilar, Pedro del Olmo, Lope García, Francisco Ramírez, Martín Hernández, Miguel Sánchez, Gonzalo Jorge, Juan Díaz, Frutos Delgado, Basco Domínguez, Alfonso Muñoz, Bartolomé de Orduña, Alfonso García Corona, Bautista Figueroa y Alfonso Gutiérrez García, Escribano de su Majestad, quien también firmó el asiento de vecindad, obligándose -como todos- a vivir en la villa por 10 años consecutivos.
Todos ellos nombraron a los cuatro regidores: Miguel Juan de Santillán, Diego Pérez Lemus, Domingo Martín y Lópe García, quienes eligieron a Domingo de Silva, como alcalde Ordinario de Primer Voto, y a Juan Freire, de Segundo Voto. Entre todos designaron de Alguacil Mayor a Francisco Ramírez.
En presencia del Alferez Real, Don Antonio Martínez de Contreras y el Escribano de su Magestad, Alfonso Gutiérrez García, quedó integrado el primer ayuntamiento, el cual se constituyó en cabildo a la sombra de un mezquite para declarar legalmente fundada la Villa de Nuestra Señora de la Concepción de Zalaya.
El acta que se levantó por este hecho quedó asentada en la página 125 del Primer Libro de Cabildos, según se consigna en un documento que figura en el volumen 674 del Ramo de Tierras, del Archivo General de la Nación. Así lo consigna Don Rafael Zamarroni en su libro “Celaya, tres siglos de historia”, páginas 63-67.
El Acta de Fundación de la Villa de Nuestra Señora de la Concepción de Zalaya:
“Yo Dn. Beltrán González de la Mora, Escrivano Pubco. del pueblo de Apasseo doi fee q’ oi día de año nuebo primero de henero de mily quinientos setenta y un años cumpliendo con el mandato de su Exa. el Señor Visorrei Governador e Capitan General de estos Reinos; despues de aver oido una Missa del Espiritu Santo se juntaron y congregaron en el sitio que se nombra del Sappote asta cuarenta hombres casados e fundaron la Villa de Ntra. Sra. de la Concepción de Zalaya i habiendo echo elecsión por mandato de su Exa. nombraron regidores capitulares de la dicha Villa a Dn. Miguel Juan de Santillana, Dn. Diego Peres Lemos, Dn. Domingo Martínez e Dn. Lepe Garsoa y entre estos quatro elijieron Alcalde Ordo. de primer boto a Dn. Domingo de Silva e de segundo boto a Dn. Juan Freire y para que coste por Antemi doi fee. Dn. BELTRAN GONZALEZ DE LA MORA.– Escribano Pubco. (Rúbrica).
Y PARA VERDAD LOSIONE.
Existen muchos temas que han generado polémicas entre historiadores, aún no resueltos, que deben clarificarse de la mejor manera con los documentos existentes.
Como los que sitúan a la fundación de Celaya en el el hoy barrio del Zapote y otros en el lugar que hoy ocupa el palacio municipal; otros dicen que la misa al Espíritu Santo, que debía presidir a la creación del cabildo se celebró en la Ermita del Pueblo de Nuestra Señora de la Asunción, antes Nat Tah Hí y hoy Barrio del Zapote, donde ya se veneraba un Cristo con fama de aparecido, concido por los naturales como «El Señor del Zapote», y la creación del Cabildo en el palacio municipal actual.
Deben estar superadas las versiones de que Celaya se fundó por Cédula Real (disposición del Rey de España); sólo se trata de una Disposición u Ordenamiento del Virrey. La Villa de Zalaya no ocupó el lugar del pueblo indígena de Nat Tah Hí, ésta ocupó la tierra de la Estancia del Río, que tuvieron que pagar entre los fundadores a Garpar de Salvago en 400 pesos oro, por eso hubo algunos de los primeros que se habían anotado que ya no entraron. No fue franciscano el que ofició la misa de fundación, sino agustino, que tenían bajo su protección la ermita del Pueblo de Nuestra Señora de la Asunción, que además estaba constituida desde 1562 en República de Indios, con gobierno a parte, que dependía de la Provincia Indígena de Acámbaro, junto con San Miguel Octopan y San Francisco Chamacuero, entre otras poblaciones.