//PROSPECTIVA:// EN SEPTIEMBRE SE DEFINE

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José Gerardo Mosqueda Martínez

El presidente del paredón en el salón de tesorería del Palacio Nacional cada día se complica más la agenda política, sus escenarios lo rebasaron, sus operadores fueron rebasados, sus expectativas se quedaron cortas y sus cuatro candidatos más dos siguen sin descifrar que sigue para resolver la salida a la transformación.
Mientras que en el bloque opositor se jugó con la posibilidad de una ruptura por parte del PRD, su dirigente nacional salió a medios y dejó clarísimo que no habrá tal ruptura, así que los comentarios “chistositos” del precandidato Ebrard tendrán que ser reservados para otra ocasión, que se le va a hacer…
Durante cinco años el presidente ha presumido sus índices de popularidad, ufano de tener las mejores calificaciones, “el segundo mejor presidente del mundo” ha dicho infinidad de veces… y qué sucedió; que en dos meses cambiaron los índices, los escenarios y hasta los estados de ánimo de quienes le tripulan la agenda al presidente, en sesenta días se le salió todo de control, quizá nunca lo ha tenido y fue una larguísima historia de “rounds de sombra” y de burlas y descalificaciones hacia todo lo que le pareciera opositor.
Ahora su lenguaje de descalificación está desgastado, ha perdido significado y resulta obtuso, de manera que las miles de veces que se ha dedicado a descalificar a sus opositores, lo que ha logrado es que los opositores llamen la atención y hasta resulte interesante lo que dicen; la frase demoledora de Beatriz Paredes define muy bien el status actual del Presidente López y todo su séquito: Andrés Manuel es un accidente político resultado del rechazo de la sociedad hacia los políticos que no han estado a la talla de las exigencias de los mexicanos.
Las estrategias del presidente han alcanzado para animar algunos millones de mexicanos, entre ellos los que reciben dinero de gasto social y que, como ha dicho infinidad de veces: son los pobres que estarán agradecidos con el gobierno y que aseguran seguirán votando por sus propuestas porque no saben, no entienden, son analfabetos… es la definición estratégica con la que mejor se identifican los operadores de la fallida transformación.
En lo que transcurren los días de agosto vendrá la votación del frente amplio y las encuestas de los designados por el presidente, la diferencia de preferencias entre los precandidatos es la mínima pese a que el presidente afirmara que no hay fenómeno político que pueda cambiar de dirección las preferencias, la realidad no es así, en septiembre iniciarán los candidatos en condiciones de preferencia electoral iguales.
Parece que la senadora Gálvez tuvo razón: la esperanza de los mexicanos ya no está en el partido del presidente, no está en el propio presidente; ahora está en el mensaje del Frente Amplio y en específico en el mensaje de la senadora.
Los escenarios políticos del país caminan hacia un punto de no retorno mientras sigue apareciendo información sobre nuevos actos de corrupción entre los cercanos al grupo del presidente y siguen publicando información que revela las crisis en los mandos militares.
El presidente va a designar con quien espera ganar la elección, mientras que los ciudadanos simpatizantes del Frente Amplio estarán votando por quien lleve el liderazgo del proceso, es decir, un autócrata y su séquito contra demócratas y ciudadanos.
Y será los primeros días de septiembre cuando inicie el proceso que nos permita terminar con la pesadilla y el desastre… aunque las campañas empiecen legalmente hasta noviembre, pero con el consejo actual del INE no se cuenta como autoridad que ordene el proceso electoral, así que sólo será un cambio de fondo si el frente amplio logra comunicar que además de ser la esperanza de los mexicanos, cuenta con las propuestas de nuevos poderes legislativos y ejecutivo en los que los mexicanos puedan confiar.
Es a partir de septiembre que a los partidos del frente amplio se les presentará el reto de profesionalizar la política y hacer cambios de fondo en su agenda interna y darse cuenta que es desde la sociedad de donde se puede proveer para promover candidatos de las tres fuerzas políticas, pero sobre todo de las estructuras y liderazgos de la sociedad.
La construcción de un proceso que les permita ganar las elecciones y proponer un gobierno de coalición pasa por tener la mayor apertura a los liderazgos de la sociedad, es hacer posible detener el desastre y corresponder a la esperanza de los mexicanos.
Un gobierno de coalición no se ha ensayado nunca en el país, solo hay una oportunidad y es la que está por venir, los designados por el presidente seguirán sumisos a continuar con una estrategia de desastre pero no hace falta seguir destruyendo el sistema de salud al precio de miles de vidas que se pudieran salvar, no hace falta seguir destruyendo el sistema de educación al precio de rezagos generacionales y retraso en las oportunidades de desarrollo de los mexicanos, no hace falta seguir solapando la acción de los delincuentes.
Cambio con rumbo a partir del gobierno de coalición… no hay espacio para la mezquindad, no hay espacio para la tolerancia y continuar con el desastre, nuevos liderazgos y compromiso de servicio a la de los mexicanos.

Hasta la próxima en PROSPECTIVA.

José Gerardo Mosqueda Martínez,
Presidente del Instituto de Administración Pública de Guanajuato
gmg@gerardomosqueda.com.mx

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