¡PODER!… MÁS DEL CIUDADANO QUE DEL POLÍTICO

¡PODER!… MÁS DEL CIUDADANO QUE DEL POLÍTICO

  1. G. C. Samayoa Madrigal

    Es un hecho que el poder ciudadano está por encima del poder político, el único requisito es ejercerlo y de ello queda constancia en la sesión extraordinaria durante la cual el Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE) aprobó por unanimidad la declaratoria de pérdida de registro de los Partidos Políticos Nacionales Encuentro Solidario, Fuerza Por México y Redes Sociales Progresistas, al no haber obtenido por lo menos el 3% de la votación válida en la elección federal ordinaria celebrada el 6 de junio de 2021.

    Encuentro Solidario sólo logró el 2.85%; Redes Sociales Progresistas el 1.83 y Fuerza Por México el 2.59% de la votación de diputaciones por Mayoría Relativa y un porcentaje similar en las diputaciones de Representación Proporcional.

    El tamaño del suceso lo ponderó en la ocasión el presidente del INE Lorenzo Córdova al precisar que los partidos políticos surgen como expresión de un derecho fundamental, el de la participación libre y voluntaria de los ciudadanos en la integración de organizaciones partidarias y se extinguen también por el ejercicio de otro derecho: el del sufragio.

    Subrayó que la decisión del Consejo General en relación con el registro de tres Partidos Políticos Nacionales, “es congruente con la voluntad soberana de las y los votantes expresado en las urnas el pasado 6 de junio”.

    Lorenzo Córdova, siendo más explícito, aseguró que fueron las y los ciudadanos quienes, conforme a nuestra legislación, decidieron el tamaño del sistema de partidos que tendremos en los próximos años y qué emblemas políticos aparecerán en las boletas en las próximas elecciones”.

    Resumió el presidente del INE que en la democracia mexicana el tamaño del pluralismo es variable, “porque siempre es decisión de la sociedad construir y actualizar los mejores canales para la participación en la política, así como ratificar o modificar el sentido de su sufragio”.

    Efectivamente, los partidos dependen de la voluntad y participación de la ciudadanía tanto para su constitución como para su permanencia, y de ninguna manera el pueblo debe sentirse atrapado por dichas organizaciones políticas. Baste revisar los mandatos de la Constitución y las leyes del ramo.

    El artículo 41, fracción primera de la Carta Magna indica que los partidos políticos son entidades de interés público y que tienen como fin promover la participación del pueblo en la vida democrática, fomentar el principio de paridad de género, contribuir a la integración de los órganos de representación política, y como organizaciones ciudadanas, hacer posible su acceso al ejercicio del poder público.

    Por su lado, la Ley General de Partidos Políticos (artículo 3 numeral 2) establece que es derecho exclusivo de los ciudadanos mexicanos formar parte de partidos políticos y afiliarse libre e individualmente a ellos. Y que éstos (numeral 1) tienen como fin promover la participación del pueblo en la vida democrática, contribuir a la integración de los órganos de representación política y, como organizaciones de ciudadanos, hacer posible el acceso de éstos al ejercicio del poder público.

    Prevé que las organizaciones de ciudadanos que pretendan constituirse en partido político nacional deberán contar con tres mil militantes en por lo menos veinte entidades federativas, o bien tener trescientos militantes, en por lo menos doscientos distritos electorales uninominales, los cuales deberán contar con credencial para votar en dicha entidad o distrito, según sea el caso; bajo ninguna circunstancia, el número total de sus militantes en el país podrá ser inferior al 0.26 por ciento del padrón electoral federal que haya sido utilizado en la elección federal ordinaria inmediata anterior a la presentación de la solicitud de que se trate.

    Entre los derechos político-electorales de las ciudadanas y los ciudadanos mexicanos, con relación a los partidos políticos, se encuentra el de votar y ser votado para todos los cargos de elección popular dentro de los procesos internos de selección de candidatos y elección de dirigentes.

    Conceptos básicos que confirman el poder ciudadano sobre los partidos políticos que se han ido reduciendo en camarillas de privilegiados, convirtiendo a la militancia o afiliación en mera “borregada”.

    Ya fueron tres los partidos que perdieron el registro por voluntad popular. Hay uno, Acción Nacional, que reconoce el riesgo de no contar con el mínimo de militancia (al 0.26 por ciento del padrón electoral federal) y ha intensificado su estrategia de afiliación. MORENA de pronto ha sentido la urgencia también de incrementar su padrón.

    Una vez registrado oficialmente, el partido político debe garantizar su permanencia de dos formas: mantener el padrón de afiliado, factible de ser auditable por la autoridad electoral, y que obtengan los votos mínimos en las jornadas electorales federales.

    Los partidos están en manos de la ciudadanía. Está por formarse y registrar, no te convence, no te afilies. Ya está registrado y en funciones, no conviene al interés social, renuncia a la afiliación. No fuiste tomado en cuenta en los procesos de selección de candidatos y de dirigencias, no le otorgues tu voto.

    El partido tiene la obligación de escuchar a su militancia, apoyarla e impulsarla en la carrera política. Los afiliados —en asambleas, procesos de consulta, sesiones u otra forma de consenso— deben ser tomados en cuenta en la toma de decisiones tanto en la actividad interna como en la función pública de sus representantes.

    El trabajo de los partidos políticos debe favorecer al pueblo y no sólo a camarillas facciosas.

    ¿Queda claro que Constitución y Leyes conceden el poder al ciudadano?

    ¡El pueblo es el soberano!
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