ABSTENCIÓN… ¡MANIPULACIÓN!

ABSTENCIÓN… ¡MANIPULACIÓN!


G. C. Samayoa Madrigal

La Real Academia Española define abstencionismo como la actitud o práctica consistente en no ejercer el derecho a participar en determinadas decisiones, especialmente en un proceso electoral.

Mientras que el Diccionario Electoral de la Facultad de Derechos y Ciencias Sociales de la Benemérita Universidad de Puebla apunta como algunas de las causas de este fenómeno social, las siguientes:

“Factores psicológicos: la apatía o indiferencia, la desideologización o desinterés por los asuntos políticos, el convencimiento íntimo de la vacuidad y del escaso peso específico e inutilidad del acto participativo (escepticismo), la relativización de la importancia de las elecciones dada su escasa influencia en las decisiones políticas.

“Factores políticos: el dominio de los partidos políticos, la desvinculación de éstos de los asuntos concretos y de la vida comunitaria, la tecnificación del debate político cuando éste existe en condiciones de publicidad y transparencia, la ausencia de renovación de la clase política, la falta de credibilidad de las fuerzas políticas ante el incumplimiento de las promesas electorales, el carácter cerrado de las listas electorales, o el descontento con el método tradicional de participación son factores que pueden influir en la abstención como forma de castigo. En definitiva el alejamiento, la progresiva hendidura abierta entre gobernantes y gobernados en lo que constituye una grave contradicción del
Estado social y democrático de Derecho y que es –a nuestro juicio– el gran tema que la Teoría Política debe plantearse”.

Después de lo sucedido el domingo 10 de abril, durante el proceso revocatorio en el que imperó el abstencionismo bajo el falso o amañado argumento de “castigo al presidente”, Pablo Gómez, titular de Unidad de Inteligencia Financiera, señaló que votar es derecho y obligación, apoyado en los artículos 35 y 36 constitucionales, lo que en su oportunidad fue comentado en este espacio. Pero el exlegislador izquierdista advirtió que hay sanciones por no cumplir con la obligación, evocando el artículo 38, que en la fracción I indica que los derechos o prerrogativas de los ciudadanos se suspenden “por falta de cumplimiento, sin causa justificada, de cualquiera de las obligaciones que impone el artículo 36. Esta suspensión durará un año y se impondrá además de las otras penas que por el mismo hecho señalare la ley”.

Frente a esta actitud que sólo pretende atemorizar a la gente, como lo acostumbra el régimen de la 4t, es importante poner a consideración de la opinión pública lo que el Diccionario Electoral de la universidad poblana propone entre las soluciones al abstencionismo:

“La abstención electoral no se combate con procedimientos tan rigurosos como la obligatoriedad del voto sino fomentando desde los propios poderes públicos la participación generalizada en los asuntos de interés público, siendo la participación electoral una modalidad participativa más, aunque la más importante. Se hace frente a la misma a través de la democratización efectiva de los partidos políticos, de otorgar sentido efectivo y no meramente ritual al acto electoral, de establecer un sistema de apertura o entre apertura de listas o al menos la
eliminación de las cerradas y bloqueadas y, en definitiva, mediante una profundización efectiva en la democracia y sobre todo recuperando el prestigio de la institución representativa por excelencia, el Parlamento, privado progresivamente de poderes efectivos. El régimen democrático admite y tolera la abstención como forma, aunque no técnicamente, de expresar el sufragio, y debe luchar por todos los medios por reducir el abstencionismo estructural o no voluntario a través de mecanismos que faciliten el acceso de todos a las
urnas, así como fomentar la participación activa en la vida pública”.
Lamentablemente, ese domingo 10 de abril la mayoría de los ciudadanos mexicanos fueron presa de la manipulación de políticos, grillos, gobernantes, líderes de opinión y comunicadores, que pretenden adjudicarse la capacidad de imponer las tendencias en los procesos democráticos, como son por excelencia las elecciones, revocaciones y consultas.

El pueblo, una y otra vez, cae en la trampa y padece las consecuencias por dejar en mano de los manipuladores los destinos del país… “que otros voten, al fin ‘ellos’ —sin definir quiénes son ‘ellos’— van a hacer lo que les venga en gana”… Una práctica común que le ha costado al país soportar regímenes corruptos, abusivos, criminales, impunes, opacos, derrochadores, nepotistas, que se regodean en la impunidad.

La oportunidad el 10 de abril, para evitar que fuera un gasto inútil, era que la sociedad entera aprovechara el espacio para frenar las nocivas prácticas de la 4t, imposibilitando —mediante la revocación— que el falso mesías continuara destrozando al país. ¡México va en franca caída!

El suceso obliga la reflexión. Los mexicanos deben confiar en la fuerza ciudadana, confirmar que el pueblo es el soberano, y que el pueblo efectivamente pone, pero también tiene la atribución de quitar. Ese es el valor del voto, que es secreto.

Es importante y urgente organizarse socialmente —ya están surgiendo algunos grupos— para enfrentar a un presidente que se niega a gobernar, que privilegia sus caprichos y ocurrencias, y de la misma manera agrede y divide a la sociedad en general… Lo dominan el odio y la ambición de poder. Algunos temen por su salud mental.

Es tiempo de la resistencia civil pacífica… tema que quedará pendiente para próxima entrega.

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