TRAICIONA A SU GENTE… DECEPCIÓN DE SEGUIDORES

TRAICIONA A SU GENTE… DECEPCIÓN DE SEGUIDORES


G. C. Samayoa Madrigal

Por más de 18 años de precampañas y campañas. además de los tres años en presidencia, Andrés López ha señalado con índice de fuego a los partidos Revolucionario Institucional y Acción Nacional como conservadores, neoliberales, saqueadores… aparentemente asqueado de ellos por sus corruptelas y abandono del pueblo, fue que decidió crear su propia organización que denominó Movimiento de Regeneración Nacional con el acrónimo de Morena… lo exhibió como una opción diferente y segura para cambiar al país… 30 millones de mexicanos confiaron en él y le entregaron su voto con dos propósitos: enterrar el “prianato” y conceder el beneficio de la duda al que prometía la transformación, fue el momento del “bueno por conocer”.

La consigna ha sido permanente: todos contra el PRI y contra el PAN, la confianza para Morena, producto de un proceso político aparentemente “químicamente puro”, aparente, porque al padrón de su militancia se han integrado desde el principio los tránsfugas priístas, panistas, perredistas, petistas y de otras organizaciones. Una extraña mezcla que resultó de beneficio para López en su aspiración presidencial.

No obstante su repudio manifiesto cada mañana en contra del PRIAN, alimentando el odio de militantes y simpatizantes de Morena, una vez cruzado por la banda presidencial dio muestras que sus preferencias no se limitan ni se centran en sus compañeros del “Movimiento” y mucho menos le inquietan las impresiones que pudieran incomodar a sus simpatizantes.

En su primer equipo de trabajo (gabinete presidencial) incluyó a expriístas y expanistas… Y a tres años de su administración, anuncia en reciente mañanera que servidores públicos y exgobernadores de todos los partidos participarán en su gobierno ya que han hecho un buen trabajo dirigiendo sus estados.

Abundó que “van a participar servidores públicos, exgobernadores en nuestro gobierno, en unos días más voy a dar a conocer que van a representar a México en embajadas, en consulados, exgobernadores y dirigentes de distintos partidos y también ciudadanos sin partido y van a seguir ayudando”.

A manera de justificación, el espléndido y genial López aseguró que en su gobierno todos los que quieran contribuir y ayudar a la transformación del país tienen “las puertas abiertas”.

“Mujeres y hombres honestos —precisó—, con deseos de servir, están terminando gobernadores como el caso de Quirino Ordaz, el gobernador que va a terminar de Guerrero (Héctor Astudillo) que no hicieron mal trabajo”, ambos del PRI y también tiene considerado a Antonio Echevarría del PAN. Privilegia a la oposición cuando está en proceso legislativo su iniciativa eléctrica, que quiere imponer aún por encima de la polémica y el revuelo que ha causado.

Un golpe a la confianza y a la aspiración de los militantes “químicamente puros” de Morena. Traiciona a su gente, la que le ayudó a construir el movimiento al que el líder no se cansa de envilecer, para decepción de sus simpatizantes, seguidores y admiradores.

Hay incomodidad, inconformismo y rebeldía de esa militancia, evidenciada por declaraciones de miembros distinguidos como Gibrán Ramírez o John Ackerman que se han atrevido a denunciar irregularidades de la dirigencia que encabeza Mario Delgado, quien —hay que reconocer— sólo sigue instrucciones del inquilino de Palacio Nacional. También se han producido sendas manifestaciones en provincia, muy especial en el sur del país, por la injusta y amañada selección de candidatos y dirigentes, reclamando los derechos ganados en la lucha morenista.

Eso no conmueven al líder moral quien, en su muy usual incongruencia, pese al desaseo político en que está incurriendo, se atrevió a criticar la reunión que sostuvieron los tres dirigentes de Va Por México (PRI, PAN y PRD), y los líderes de Sí por México, en medio del revuelo de la reforma eléctrica con el objetivo de confirmar la solidez de la coalición de esas tres plataformas políticas, hecho que López calificó de “promiscuidad política”. Y es que teme a las alianzas ciudadanas.

Es claro que está perdiendo fuerza política, confianza de la gente y credibilidad, lo que le lleva a tomar medidas desesperadas, así tenga que traicionar y menospreciar a sus seguidores, a los que le ayudaron a levantar “su movimiento”, el cual —según apreciación interna— se está desmoronando, lo que normalmente deriva en el voto de castigo.

¿Voto de castigo? Que vaya tomando sus provisiones, pues viene el proceso de revocación de mandato y dos jornadas electorales, en el 2023 por gubernaturas y en el 2024 por la presidencia del país. ¿Vale el sacrificio por su necedad de la reforma eléctrica que está condenada al fracaso?

Eso sólo él lo sabe y decide… sus militantes no… y están heridos.

Consecuencias de la traición y la decepción.

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