RESISTENCIA CIVIL PACÍFICA

RESISTENCIA CIVIL PACÍFICA


G. C. Samayoa Madrigal

A tres años y cien días del régimen equivocadamente etiquetado como la cuarta transformación, encabezado por el sempiterno candidato en campaña, líder moral y falso mesías de un movimiento que nada ha regenerado, se confirma que no hay la menor intención de Andrés Manuel López de Obrador de dar un paso hacia atrás, corregir y menos escuchar las voces del pueblo que suplica, exige, ordena “se ponga a trabajar como presidente de este país” y se dedique a gobernar, en lugar de seguir haciendo derroches de sus odios, rencores, venganzas y pago de intereses contraídos durante más de 15 años de ilegal autopromoción en su objetivo de adjudicarse el poder ejecutivo de la nación.

Odios, ocurrencias, caprichos, insultos al pueblo, ignorancia en las distintas asignaturas gubernamentales, rebelde enemigo de la Constitución y las Leyes, mentiras, baladronadas, oprobios… mantienen a México en una caída estrepitosa… el país padece graves crisis en la economía, los servicios de salud, la educación, la violencia, la delincuencia organizada, descomposición de los poderes constitucionales, indefiniciones y usurpaciones de las funciones públicas, entre otros fenómenos que caracterizan una destructiva 4t.

En un recorrido por las redes sociales puede apreciarse el hartazgo de la sociedad, pero también su temor por la salud mental del primer mandatario, producto de las muy repetidas respuestas incongruentes, incomprensibles e inauditas a los planteamientos que se le hacen cada mañana en lo que empezó como conferencia de prensa, para transformarse en “diálogo circular” y que ahora no se le ven ni pies ni cabeza… sólo tribuna personal de López para dar salida a su coraje y frustraciones.

El régimen de la 4t no da resultados, nada le sale bien… pero no hay disposición al cambio. De aquí al último día de septiembre de 2024 sólo se hará lo que el inquilino de Palacio Nacional ordene, pésele a quien le pese… El 1º de octubre de ese año deberá devolver la banda presidencial… Es mucho tiempo, pues se han perdido los contrapesos y se incrementan los desaciertos, los abusos, la impunidad, la corrupción y la ilegalidad.

Ante ello, el contrapeso debe provenir de la ciudadanía organizada… Le toca salvar al país, frenando a la 4t y un camino es la Resistencia Civil Pacífica (RCP), mediante la cual —según lo expone un estudio del Centro de Estudios Políticos y de Historia (CEPH)— “los ciudadanos desconocen las decisiones de la autoridad y las confrontan… Esta forma de participación ciudadana corresponde a las herramientas de la democracia representativa de cuarta generación, junto a los presupuestos participativos, es una forma de democracia directa en la democracia moderna indirecta… Se orienta a convencer a los ciudadanos de revelarse contra el mandato de la autoridad…”

Mientras que el Manual sobre el tema, elaborado por el Movimiento Ciudadano por la Democracia, resume en tres puntos las características de la RCP, a saber:

“Es la lucha organizada, solidaria y planificada por parte de los ciudadanos, la cual se sustenta en el supuesto de una lucha pacífica, no violenta pero decidida. Apela a la dignidad de los ciudadanos, para que éstos no acepten someterse por aquellos que utilizan el poder para dominar a los demás, es así que se invita a los ciudadanos a no ser cómplices de la injusticia y los invita a luchar para contrarrestar el poder y el miedo que éstos imponen.

“Un movimiento que reivindica los derechos humanos de todas las personas como base esencial de la construcción de un régimen democrático en donde no existan excluidos.

“Una acción que implica pequeñas y grandes movilizaciones responsables en las que no se ambicione hacer aquello si no se cuenta con la capacidad de controlar la acción organizadamente”.

Son diversas formas de ejecutar la desobediencia civil pacífica: las protestas ordenadas y dentro del cauce legal; las marchas son una forma tradicional de lucha; eventuales ayunos y huelgas de hambre; las clausuras simbólicas de oficinas públicas; también la resistencia a cumplir con una ley contraria al bien común; paralizar la economía de una comunidad; en casos especiales: dejar de pagar impuesto; entre otros.

“El éxito de una desobediencia civil —apunta el CEPH— parte de que el problema que reclama la participación ciudadana de verdad aqueja a las mayorías y es contrario al bien común; segundo, que los ciudadanos son conscientes del mal que se les está procurando desde las esferas del poder; tercero, que hay la voluntad, decisión y entereza para resistir. Si falta uno de estos elementos se puede llegar al fracaso de la estrategia de democracia participativa y abonar para que los gobiernos despóticos avancen en sus actitudes totalitarias”.

Ya se están dando pasos. Grupos sociales, algunos identificados en el objetivo de defender al INE, están desarrollado una labor significativa para que los diputados federales, que sesionarán el domingo de resurrección (17 de abril), no aprueben la llamada Contrarreforma Eléctrica de López Obrador, por ser nociva —técnica, ambiental y económicamente— al interés de la patria.

Un ejemplo de resistencia civil que deberá replicarse en otras materias gubernamentales que son verdaderas amenazas y mantienen en la incertidumbre el futuro de México y los mexicanos.

Es el momento de convocar alianzas ciudadanas. Organismos No Gubernamentales, Organizaciones de la Sociedad Civil, grupos sociales, empresariales, gremiales, vecinales, profesionistas y profesionales, y más, unirse en una causa común ahora urgente: ¡Salvar al país! Primero atar las manos de un gobierno abusivo y, luego, en el 2024, poner mucho cuidado y conciencia en la decisión para elegir a la persona que deba asumir la presidencia y comprometerla a reconstruir las ruinas que está heredando el falso mesías macuspano.

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